#31 Eugene, el lobo solitario

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Mientras Edward entrevistaba a familias en los Ángeles para dar en adopcion a los animales, en el frio estado de Alaska, en el pequeño pueblo en donde solía vivir, un muchacho trabajaba arduamente cortando leña con un hacha de 2 manos.
Mientras Eugene cortaba los leños, un hombre lo observaba de lejos mientras fumaba un poco.

Padre: procura que sean iguales, no quiero palitos y leños a medias.

Eugene: si, lo que sea.---cortaba.

Padre: a propósito, donde está tu amigo, el marica al que el pueblo odia?

Eugene: Tyron?
Ni yo sé lo que le pasó a ese tarado.

Padre: eso es bueno, no quiero que te acerques a él.

Eugene: una duda.
¿por qué solo yo debo cortar la leña?

Padre: ya te lo dije, mi padre también me hizo cortar la leña los primeros 20 años.
Ahora es tu turno.

Eu: ya ni siento las manos.

Padre: te acostumbrarás.-- se bebía un wiski de su gabardina.--- te hará fuerte y resistente

Eugeme: (me lleva el demonio)

Luego de un rato de cargar la leña a la camioneta, el padre le dijo a su hijo que cortara otro arbol para que lo.hiciera pedazos mañana. El muchacho se confió de que su padre regresaría con la camioneta vacìa  por él.
Luego de que cortara un pino, este quedó cansado, esperó ahí sentado hasta el regreso del padre. Al haber tardado 3 horas y sin regresar aún, Eugene regresa con su hacha y luego arrastrando algunos leños que cortó.

Para cuando llegó al pueblo, se detuvo en una tienda a las afueras del mismo, entró en busca de algo caliente y eso era una chimenea pequeña de hierro.

Will: mucho frío no, muchacho?

Eu: si, aunque ya no siento las manos

Will: sabes lo que se siente, tu padre te dejó solo otra vez?

Eu: si, aunque ya me estoy cansando de esto. La verdad esperaba más para cuando terminara de estudiar.

Will.:  nunca esperes por nada, porque como tal, no hay nada  a menos de que sea algo.

Eu: mm...

Para cuando Eugene regresó a su casa se encontró un plato de comida que era para él, su madre salió y su padre a lo mejor fue a  beber. Su frustración lo hacía pensar que por culpa de su amigo ahora se quedaría solo para siempre, intentaba buscar la forma de ser alguien en la vida.

Su habitación estaba plagada de poster y dibujos que él mismo realizaba de estatuas y lugares bellos, pensaba que su talento se estaba desperdiciando peor igual no podía irse ya que tenía una razón más importante, cuidar de su madre.

Al día sigunte hizo la misma rutina, cortar leña, aguantar a su padre y al final terminando esperandolo a que regresara, pued esra vez quizo estar en su lugar seguro donde podía mantenerse caliente. Entró a una pequeña cueva la cual no tenía profundidad, el suelo era liso y el techo enorme, el lugar perfecto y sin osos ni lobos.

El muchacho llevaba algunas cosas de vez en cuando para relajarse ahí dentro, una manta, cerillos, galletas y pan incluso una  linterna potente.

Al caer la tarde, Eugene decidió irse, pero al momento de encender su radio, anunciaban una fuerte tormenta de nieve, por lo que al no darle suficiente tiempo para llegar al pueblo y sufrir una revolcada como un sencillo pedazo de papel.
Regresó a su cueva a toda velocidad para mantenerse a salvo del frio de esa noche.

Se mantuvo cercano a su mochila en todo momento, miraba que no poseía señal celular solo señal de su radio.

Eu: esto no puede empeorar.

Un amor fiel. (Humano X Furry) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora