Todo por amor

#1. Un día maravilloso

Marinette trotaba por el parque mientras escuchaba la nueva canción de Clara Ruiseñor, últimamente había adoptado nuevas rutinas, las cuales consistían en levantarse temprano y hacer ejercicio.

Accidentalmente alguien impactó con ella, logró mantener el equilibrio exitosamente, miró a la persona con quien chocó, llevaba puesta una sudadera negra, gorra negra y lentes oscuros, los cuales se le habían caído por el impacto.

—Lo siento— se disculpó sintiéndose tonta ya que no fue culpa de ella, si no del distraído chico.

—No fue culpa tuya— ella se agachó para recoger los lentes pero él también lo había hecho, ambos se miraron fijamente y Marinette se asustó.

—¡¿Adrien?!— el joven abrió los ojos alarmado, mirando a su alrededor por si alguien la escuchó.

—Shh— el chico recogió los lentes y se los colocó inmediatamente.

—¿Qué pasa? ¿Por qué estás vestido así?— un grupo de jóvenes que cargaban un cartón de tamaño real de Adrien Agreste hicieron acto de presencia en el parque.

—No puede ser— murmuró el chico con frustración y Marinette lo entendió todo.

Sin pensarlo tomó del brazo a Adrien y lo atrajo hacia ella, lo abrazó cariñosamente, haciendo que el chico esconda su rostro en el cuello de ella. El joven en sus brazos se tensó pero Marinette no lo soltó hasta que los fans del rubio se fueron del parque.

—Se fueron— avisó dejando libre al chico rubio que se veía avergonzado.

—Gracias— susurró y la azabache recordó que estaba sudada, Adrien apoyó su rostro en su cuello sudado, en ese momento deseó morir.

—¡Lo siento! Yo no sabía que hacer y...ay no, oliste mí sudor, te debes sentir asqueado— Félix se rió entre dientes al ver a la chica alarmada.

—Está bien, no importa, gracias por ayudarme a esconderme de esas personas— Marinette asintió pero aún así se sentía avergonzada de que Adrien oliera su sudor y Félix lo notó.

—Apenas y estás sudada, yo acabo peor cuando termino mis entrenamientos de...esgrima— repuso a tiempo, casi decía Kung-fu.

Marinette sonrió tímidamente, apreciando el gesto de Adrien de tranquilizarla.

—Marinette Dupain Cheng— Chloé venía en compañia de Sabrina que cargaba varias bolsas de compras en mano.

Félix apretó los labios disgustado por la aparición de esa niña caprichosa y como no quería que lo reconociera como Adrien bajó la mirada, la gorra lo ayudaba a esconder su cara.

—Veo que conseguiste a alguien igual de patético que tú, eso quiere decir que por fin dejarás en paz a Adrien, me alegra que entendieras que él me pertenece— Marinette frunció el ceño molesta y a la vez avergonzada, por las tonterías de Chloé, Adrien se daría cuenta que está enamorada de él.

—Cierra la boca Bourgeois, aquí la única patética eres tú al expresarte de una persona como si fuera un objeto— contestó la azabache al ver que Chloé quería decir algo más.

—Como sea, adiós patéticos, sean muy felices en su mediocridad— chasqueó los dedos para que Sabrina la siguiera y se fue.