#9. La luna roja

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Alya observa a su mejor amiga suspirar enamorada mientras termina de poner la última foto en el lindo álbum rosa que hace unas horas empezó a hacer.

—¿Crees que le guste?— pregunta Marinette mientras observa las fotos de la última página con una sonrisa boba.

La azabache cerró su álbum, dejando ver el nombre que había escogido "Recuerdos Infinitos" ese era el nombre para su álbum que contiene todas las fotografías que ella y Félix se han tomado desde que son novios. Apenas llevaban tres semanas pero ya habían compartido muchos momentos juntos que definitivamente para Marinette son inolvidables.

Félix la había llevado a cenar, a patinar, hicieron otro picnic, pasearon en canoa, hasta repitieron todas las actividades que hicieron el día que ella pensaba que era Adrien. Sin duda tiene el mejor novio del mundo, por lo tanto inmortalizaria todos los momentos especiales con Félix en su álbum.

—No tengo ninguna duda— Alya sabe que ambos son igual de cursis, Félix y Marinette definitivamente son almas gemelas.

—Ya son las cuatro de la tarde ¿Por qué no ha venido?— pregunta la morena con curiosidad, sabe que Félix viene a esta hora todos los días puntualmente.

—No podrá venir por unos días, está muy ocupado con los trabajos de la universidad y una cuestión de la empresa, solo podremos hablar una hora por teléfono, en la noche— respondió Marinette con tristeza.

—Oh, bueno, no te preocupes, el tiempo pasa rápido— la ánimo la de lentes y la de ojos azules sonrió.

Unos minutos después ambas recibieron un mensaje, era de Juleka.

—¿Qué crees que quiera?— pregunta Marinette mientras se baja de la cama, con Alya detrás.

—No lo sé— las mejores amigas se encaminaron al lugar indicado en el mensaje, el parque.

No tardaron en llegar, ya estaban ahí todos sus amigos, excepto Rosita.

—Hola— saludaron y se sentaron en el pasto como estaban los demás.

—Bueno, ya que estamos todos, el domingo es el cumpleaños de Rosita y quiero que me ayuden a organizarle una fiesta— dice Juleka tímidamente, todos se alegraron y comenzaron a dar ideas.

Marinette notó que Adrien y Kagami estaban en silencio y se veían tristes.

—¿Qué pasa?— le susurró Marinette a Kagami.

—El domingo Adrien y yo debemos ir al baile de diamantes— contestó la japonesa, Adrien las escuchó y asintió.

—Bueno, es en la noche ¿No? Tal vez la fiesta sea en la tarde— ambos chicos se tranquilizaron hasta que Juleka específico la hora de la fiesta, que iniciaría a las 7 p.m y el baile de diamantes iniciaría a las 6 p.m.

—¿Y ustedes quieren ir al baile de diamantes?— pregunta Marinette en voz baja.

Tanto Adrien como Kagami negaron, ninguno de los dos quería asistir a esa fiesta aburrida.

—¿Y entonces porque no se escapan?— Marinette sonrió con un brillo malicioso en sus ojos.

—Eso...suena genial— dijeron los dos totalmente de acuerdo.

Dupain-Cheng asintió y le comentó la situación a los demás, entonces todos comenzaron a planear como ayudarían a Adrien y Kagami.

***

El domingo llegó, habían decidido que Adrien y Kagami asistieran para no preocupar a sus padres, pero solo por una hora. Después Marinette se infiltraria, apagaría las luces y luego el robot de Max se encargaría de abrir las puertas para ellos, era un plan sólido que no podía fallar.

Todo por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora