Amo a mi enemigo

Descubrimiento

Obito observaba aquél bote de solvente, dio un suspiro, podía desenmascarar a Sukea pero por alguna razón dudaba, deslizó su mano acariciando el cabello castaño, hasta ahora que lo palpaba detenidamente, comprobó que se trataba de una peluca como le había dicho Orochimaru.

— ¿Quién eres realmente Sukea? —Se preguntó mientras deslizaba sus dedos acariciando los labios del castaño.— ¿Porque me atraes tanto?

Se puso de pie y revolvió su cabello frustrado mientras caminaba por la habitación, luego volvió a acercarse al castaño, observándolo detenidamente, su mirada se detuvo en la pierna ahora vendada del menor, tuvieron que romper la manga de su pantalón, se sintió culpable por eso, dio un suspiro y se acercó rozando sus labios, sabían tan bien, con sus labios atrapó el labio inferior del castaño saboreandolo un poco, escuchó un leve sonido, al separarse vio que el castaño abrió los ojos.

— La mejor manera de despertar... —Susurró Sukea.

— Creí que el sedante duraría más. —Mencionó el azabache.

— ¿Querías follarme mientras estaba inconsciente? —Preguntó coqueto.

— Por supuesto que no. —Contestó Obito.— No sería placentero si no te escucho gemir y gritar mi nombre, y además ¿solo en eso piensas?

Sukea solo soltó una risita, pero al voltear a ver hacia la mesita notó el solvente y se asustó un poco.

— Tranquilo, no te quité el maquillaje y tampoco la peluca. —Mencionó Obito.

— Así que ya te diste cuenta...

— Por supuesto, no soy idiota.

— Bobito sí... —Mencionó el castaño sonriendo pero Obito solo frunció el ceño.

— Ya te dije que no me digas así.

— Lo siento... —Contestó Sukea y se sentó.

— ¿Qué estás haciendo? —El azabache se acercó y colocó sus manos en los hombros del castaño empujando suavemente.— No puedes levantarte.

— Tengo que irme, mi pareja me espera. —Dijo sonriendo, Obito solo resopló frunciendo el ceño.— ¿Celoso?

— Quisieras... —Murmuró y se alejó de Sukea.

Sukea se puso de pie con mucho esfuerzo, necesitaba algo que le sirviera de apoyo para caminar, pero no se había alejado mucho de la cama cuando Obito lo sujetó de la cintura y recargó su mentón en su hombro.

— Quiero proponerte algo... —Susurró cerca del oído del castaño estremeciendolo un poco.— Trabaja para mí...

— Tú has de saber cómo se paga una traición. —Contestó Sukea apartando la mano de Obito.

— Pero si ya me diste información y eso se podría considerar traición.

— Solo te dije que desenterraras un cuerpo...

— ¿Y que hallaré ahí? —Preguntó jalando al castaño, ahora viendolo directamente a los ojos.

— Una verdad...

— ¿Qué verdad?

— Haces muchas preguntas Uchiha. —Dijo sonriendo.— Y podría ser que no te gusten las respuestas.

Sukea colocó sus brazos alrededor del cuello del azabache y besó sus labios, un beso que fue correspondido, Obito lo empujó poco a poco hacia la camilla, pero antes de llegar el castaño deslizó su mano hacia el hombro del azabache pero este le agarró rápidamente la mano alejandola un poco.

— El mismo truco no funcionará dos veces. —Mencionó viéndolo fijamente

— ¿Y que tal este?

Sukea deslizó su otra mano por el brazo del azabache acariciando sus bíceps, esté soltó su agarre y se acercó para besarlo, pero el castaño fue más rápido y jalando su brazo le dio la vuelta pateó detrás de la rodilla de Obito pero soltando un quejido al verse obligado a colocar su pie izquierdo en el suelo, con su brazo rodeó el cuello del azabache impidiendole respirar bien, este se enderezó, al ser más alto, el castaño quedaba casi colgado aun así ejercía bastante presión en su cuello.