Capítulo 15 - Vacas locas

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- Muchas gracias por... Bueno, por todo... - Dijo Tori a su amiga quien la había acompañado hasta la entrada de su casa.

- No tienes que agradecer, al contrario, estoy muy feliz de que aceptaras acompañarme –

- Por favor... Ari, es tu cumpleaños – Entonces recordó que tenía algo importante que hacer antes de permitir a la ojimiel marcharse – Por cierto... ¿Me esperas un segundo? -

- Amm ¿Claro? – Aceptó dudosa, Tori le sonrió y desapareció detrás de la puerta.

Al menos uno o dos minutos pasaron para cuando la puerta volvió a abrirse con la chica escondiendo algo detrás de su espalda.

- ¿Qué sucede? – Preguntó Aries con una interrogante sonrisa ante el gesto emocionado de la otra chica.

- Tengo algo para ti – Dijo ella – Es un poco tonto y no sé si vaya a gustarte, pero me pareció adecuado –

- ¿Un regalo de cumpleaños para mí? – Preguntó conmovida.

Tori asintió, dejando ver el objeto encubierto. Aries lo miró con gracia e ilusión, entendiendo la jerga.

- Un teléfono de peluche – Lo tomó casi riendo. – Es tan... Inusual –

- Ahora siempre podrás recordar la forma tan extraña en la que nos conocimos -

- Gracias – Aries se precipitó a darle un gran abrazo a Tori. – Me encantó, ojitos, tienes un corazón de pollo –

Tori se relajó en aquel abrazo, era reconfortante intercambiar muestras de afecto entre sus amistades.

- Creo que sólo soy... Cálida –

- Y eso que yo soy el fuego -

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Las siguientes noches libres de magia, nadie pudo dormir precisamente bien. Jade daba vueltas en su cama y en su situación sentimental actual. Tori se preguntaba una y otra vez por qué después de todo había hecho justo lo opuesto de lo que debía, justo lo contrario a lo que ella misma le había pedido a Jade.

Aries abrazaba su nuevo y único peluche, comenzando a sentir miedo de involucrarse sentimentalmente con la persona equivocada.

Aún así, a la mañana del lunes, todos los miembros de HMA se levantaron de sus camas y se encaminaron lo más listos posibles a sus clases regulares.

Tori iba llegando al estacionamiento, acompañada de Trina cuando un Mustang clásico del 68, color negro, aparcó con delicadeza en uno de los espacios. De su interior bajó la chica de ojos azules y semblante aterrador con una expresión neutra pero totalmente consciente de las miradas a su alrededor.

- Lindo auto – Dijo Trina cuando la dueña de éste pasó por un costado, fingiendo no notar la presencia de las hermanas Vega.

- Nadie te pregunto. Pero gracias – Continuó su caminata sin mirar atrás, hasta encontrarse con su novio en la entrada.

Lo saludó sin dudar, sin importar nada, lo besó como hacía mucho no lo besaba.

A Tori se le revolvió el estómago, apenas pudo mirar a otro lado cuando pasó junto a ellos.

- Buenos días para ti también – Sonrió Beck en respuesta.

Por suerte para Tori, al entrar al edificio las voces de los dos se perdieron entre la multitud, así ya no tenía que soportar el diálogo matutino de la pareja.

- Oye Tori... - Habló Trina cuando llegaron a su locker.

- Dime... - Respondió ella con la atención puesta en su combinación.

Hollywood M. ArtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora