Año de 1917.
En una sombría habitación, con un aire impregnado de una profunda soledad. Un pequeño bulto se retorcía intentando huir de la helada noche que lo envolvía, los ruidos del exterior eran lo único presente en aquel lugar, no sabía el por qué, pero sentía un profundo temor por ello.
Por un momento escuchó unos pasos que se hicieron presentes en aquella habitación, no decia nada la nueva presencia, sólo se detuvo repentinamente a lado suyo, y después de un corto momento, se retiró de aquel sitio.
No lo sabía en aquel momento, pero pronto su vida, cambiaría drásticamente.
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La profunda voz de alguien se podía oír al otro lado de una vieja puerta, le parecía conocida, pero una terrible incertidumbre le impedía abrir aquella. Hasta que repentinamente, todo se convirtió en un helado silencio.
Un fuerte mareó le provocó caer en un profundo sueño, que al cabo de unas horas, logró despertar de este.
Las noticias malas jamás tardan en llegar y ellas fueron su desagradable despertar.
xx - "Hoy 7 de Noviembre de 1917, finalmente El Imperio Ruso ha caído". — Anunció con orgullo, aquella persona encargada de su cuidado.—
Las lágrimas no se hicieron presentes, pero sí un fuerte dolor en su pecho.
Siempre se le enseñó que jamás debía mostrar debilidad alguna ante los demás, que la disciplina rigurosa siempre serían lo más importante, puesto que había sido preparado para la llegada de este preciso momento.
Su "padre", siempre fue un Country absolutamente frío y estricto, pero "La Gran Guerra" no lo había dejado nada bien y el resto de los ciudadanos lo sabía, se acercaba el fin.
No eran cercanos, pero por lo menos con su presencia, le era suficiente para no sentir una absoluta soledad.
Ahora que todo caía en sus pequeños hombros, la responsabilidad de un pueblo que pedía un cambio a gritos, se hacía presente poco a poco en aquel pequeño cuerpo.
U.R.S.S. - ¿Es ésto el peso de una nación?
xx - Por supuesto que sí. ¿Qué esperabas? Si para ésto es que fuiste preparado, no deberías de quejarte aún. — Con un comentario tan frio y tosco, por parte de su cuidador, es como le fue planteada su nueva realidad, una a la que aún no tomaba por entender por completo.
Nadie esperaba un gran desempeño por parte de aquel recien establecido Country, su poca experiencia, le llevaría a cometer una serie de errores en sus primeros años, unos que le costarían muy caro y que lo llevarán a lamentarse por ello.
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•(1917 -1922)
Una oficina con elegancia sobria, es en donde se llevaba a cabo una rigurosa reunión en la que se decidiría el futuro del país.
Un blanco total era lo que se presentaba en la mente del pequeño Country URSS. Se encontraba en el sitio, pero su pequeña mente no lograba entender con totalidad lo que la gente de su alrededor le hablaba, no tardó mucho para que un miembro de la reunión notará ése detalle.
Aquel hombre tomó lugar a lado del pequeño y desorientado URSS y así preparando las palabras que, con mucho cuidado saldrían de su boca, comenzó por hablar.
xx - Buenas tardes joven Country.
URSS - ...
xx - Me presento... Mí nombre es...
URSS - ¿Qué es lo que quiere? dígalo rápido y retirase.
xx - ... He notado que ha tenido problemas para llevar el lugar, o me equivoco.
Fue hasta que éste hombre mencionó lo anterior, es cómo se llevo su total atención, cási de inmediato.
URSS. - ¡¿QUÉ?!
xx - Así que ahora ya tengo su atención. Tengo una manera de ayudar a éste pobre país en decadencia y llevarlo más allá de sus límites. Le puedo asegurar, que no se arrepentirá de ello, puede confiar absolutamente en mí para ponerlo en marcha.
Con un poco de duda, pero sin alguna alternativa. Debía tomar una decisión en este preciso momento, no estaba en la posición ni con el conocimiento necesarios para tomar el mando, no aún, debía prepararse más y dejar el resto a su gente.
Sólo necesitaba tiempo, y ya con eso en mente, tomó una difícil decisión.
URSS. - ¿Cuál es su nombre?
xx - Vladímir Ilich Uliánov mi señor, en la asamblea se me conoce mejor como Lenin.
URSS. - Desde ahora te dejaré al mando del país.
Lenin - No se preocupe, confíe absolutamente en mí señor.
Pobre y pequeño URSS, esa decisión te costará muy caro y te arrepentirás por ello, pero al tomarla ya no habría vuelta atrás.
Será el inicio de un antes y un después en la historia de su país y del mundo entero.
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RECUERDOS DEL AYER (URSSMEX)
RomanceEl peso de una armadura roja, que me lleva a no ser muy diferente al de un témpano de hielo, que se niega a abandonar al frío invierno. Sólo necesité conocerte por poco tiempo, para descubrir una calidez, que creía yacía muerta desde siempre. Sólo...