Dos lunas después el día de la boda entre Aemond y Lilythrys estaba a un día de llevarse a cabo, los preparativos estaban listos y a petición de Lilythrys la boda seria bajo las antiguas tradiciones de Valyria. Helaena estaba mas emocionada pues ahora no solo tendría una nueva hermana también tendría un bebé, su tercer hijo con Aegon y en el cual se había hecho con amor mas que por el deber. Aegon se veía feliz con la noticia de ser padre, se mantenía pegado a Helaena y con la excusa de que ella estaba sensible y le pedía permanecer con ella. La realidad era que Aegon se había vuelto sobreprotector con ella, la reina Alicent agradecía el gran cambio de Aegon y por eso apreciaba mas a la princesa regente.
— Todo está listo para mañana. —Alicent sonrió al ver la ropa tradicional expuesta en el sofá cercano.
— Desde que estas aquí has hecho lo que ningún hombre hizo... —se acerco a tomar las manos de Lilythrys. — Hiciste de Aegon un hombre mejor y al reino lo llenaste de comercio asi como de la riqueza... desafías a los hombres del consejo y ellos te respetan. Incluso has callado la boca de mi padre y eso no sucede a menudo.
— Crecí rodeada por hombres mis hermanos, primos y tíos. Fui la única mujer, pero soy una Deathrys por mis venas corre la sangre de dragón y un dragón jamás inclina la cabeza ante su presa. —dio un leve apretón a las manos de Alicent. — Para hombres de mente diminuta y cerrada hay que mostrar dientes y garras. Reina Alicent tuviste a cuatro hijos y haces todo para protegeros. Ya no tiene que cargar sola con esa responsabilidad, cuidare de ellos y de usted.
— Tus palabras alivian mi alma, princesa regente. Agradezco a los dioses que te permitieran estar con nosotros, sé que nunca podría reemplazar a tu madre, pero ya eres hija mía.
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Ambas sonrieron y se abrazaron, las palabras de la reina Alicent eran honestas. Veía en Lilythrys la hija o la mujer que deseaba ser y que le fue negado ser. Era la reina, pero sabia que tal titulo se le dio por la influencia de su padre, obedeció en todo lo que le dijo hasta el momento en que conocido a Lilythrys. La vio imponer su palabra sin doblegarse ante nadie y su fuerza como su inteligencia lograron traer riqueza al reino. Lo importante que veía en ella era el cariño que demostró en sus hijos; Aegon, Helaena y Aemond a excepción de su hijo menor Daeron a quien no había conocido.
Lilythrys por su parte se compadecía de la reina Alicent, había escuchado sobre su triste historia llevada a ser la esposa del reino solo a conveniencia de su padre y aun asi amaba a sus hijos. Lilythrys admiro ese amor incluso si en ocasiones su mirada delataba su recelo cuando mencionaban a la princesa Rhaenyra, ella no conocía a la princesa y a ninguno de sus hijos mucho menos a su segundo esposo el principe Daemon. Historias o mas bien rumores escucharon de ellos, pero incluso asi envió invitación a la boda y aun no recibía respuesta.
