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El muchacho de cabello castaño sonrió ampliamente al ver a Aemond bajar de su dragón.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron.
Se saludaron con un corto beso en los labios, el mayor acarició el cabello de Luke y sonrió con ternura.
-Te he traído un regalo, mi Lord Strong.- Dijo aquello último casi ronroneando a medida que las palabras salían de su boca.
-No era necesario.- Respondió con una risita Luke, observando cómo su amado sacaba de una bolsa de cuero que traía colgada al hombro, una pequeña caja de madera.
Lucerys tomó el pequeño obsequio algo temeroso, pues la sonrisa del mayor había pasado de ser tierna a ser un tanto... Extraña.
- Ábrelo - Susurro Aemond.
Luke así lo hizo, suavemente retiró la tapa de la caja y miró en su interior.
Conociendo a su pareja podría haberse esperado cosas un tanto extrañas, pero eso era...¿Aterrador? Definitivamente.
En el interior de la caja había, acomodado sobre un trozo de terciopelo, un corazón humano. A juzgar por el color y la sangre que empapaba parte de la tela, no había pasado mucho desde que había sido extraído.
No sabía si era idea suya producto de lo impactante de la situación o qué, pero incluso parecía seguir latiendo.
-Para tí, mi Lord Strong.

Un corazón Para Mi Lord Strong (Lucemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora