Por cada diálogo que hizo, cada vez su enojo crecía con mayor intensidad
— ¡Objeción, está preguntando hechos irrelevantes!
— De negado.
Y cuando el otro continuó, sin la más mínima interrupción del juez, su ceño se frunció aún más y una mueca apareció en sus labios.
Se levanto de la silla y volvio a refutar: — ¡Objeción, argumentos ambiguos y está intimidando a mi cliente!
— De negado.
Otra vez que el juez volvió a negarle, apretó sus puños por como ese hombre le sonrió.
— Bien, como decía —habló el abogado de la contraparte paseándose frente del estrado para continuar con su acto— los hechos son claros, la señorita que se encuentra presente es la mayor perjudicada... Pero la verdad, es que no.
Por como ese abogado volvió a hacerle una pregunta a su cliente y por como aquella comenzó a dudar de responder, nuevamente se paró de su asiento para intervenir, sin embargo, fue demasiado tarde.
Al momento de que ella confeso, lo que iba a decir no salio de su boca.
Perdió...
— No hay más preguntas, su señoría.
Por el cruce de miradas que hicieron ambos, la ira se presentó notablemente como el deseo de matar a ese hombre.
Lo venció, ese desgraciado le ganó.
Al terminar, salió directo en la siga de aquel y antes que llegase a bajar de los peldaños de la escalera, rápidamente lo tomo de brazo y le impidió continuar: — ¿Qué crees que haces? Te dije que seas justo y separes nuestra relación con el trabajo, ¡no que me humilles frente a toda la corte!
— ¿En serio te interesa más tu reputación en vez de estar con tu cliente?
Apretó sus dientes por los dichos y lo soltó de golpe para evitar contacto visual.
— Como siempre piensas primero en ti, Connor. No me sorprende.
Por la molesta sonrisa que podía sentir del contrario, descendió más su vista y se decidió en irse, sin embargo, ante un agarre de cintura por detrás como el de su mentón, movio sus orbes violetas hacia un lado para cruzarse con los zafiros que lo veían atentamente.
— ¿A dónde crees qué vas?
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Euforia
RomanceConnor Stone, es el más respetado y célebre abogado de su ciudad. Cualquiera que intente ir en su contra, vaya que lo va a destrozar a lo grande. Por ende, es un hombre de temer. Sin embargo, como siempre hay un pero... Toda su reputación se verá op...