Capítulo 3: Caperucita roja

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Tw: Violación.

—✓—

El pequeño cuerpo de Hayato temblaba con temor. Un hombre extraño lo había comenzado a tocar luego que le haya dado dinero a su padre. Lamentablemente sus hermanos no estaban en la casa.

—Pequeño, pequeño —Cantoreaba el mayor mientras le quitaba sus últimas prendas.

—Se... Señor ¿Por qué me toca? —pregunta inocente Hayato.

Un dolor le atraviesa en su zona íntima.

—¡Ag-

Antes de poder llorar grandes manos le tapan la boca.

Una, dos, tres, cuatro.

Sentía su interior desgarrar, el dolor era insoportable. Quería gritar, queria pedir ayuda.

¿Dónde estaban sus hermanos? ¿Dónde está su padre? ¿Dónde está madre?

Dolía, le dolía. Que se detenga, no quiere. ¿Que estaba haciendo? ¿Hizo algo malo? ¿Este era un nuevo castigo? ¿Sus hermanos también fueron castigados así?

Siento un calor llegar a su interior y el hombre se detiene. Hayato siente alivio, el hombre saca la cosa que lo había lastimado.

—Pequeño Hayato, nos espera una larga noche —sonrie —. Descuida, bebé, te va a gustar.

Pobre niño, pobre inocencia. Pobre alma, ya que está, no será la última vez.

—✓—

—Duerman bien —cantorea Isabella para cerrar la puerta.

Unos segundos después, ambos menores se pasan a la misma cama que su mayor.

—Hermano —el menor rubio se frota —. Cuenta un cuento, Hayato quiere escuchar la Caperucita roja.

—Pero no tenemos libro, Hayato —Dice Zazie.

—No hay problema —Acaricia la cabeza de ambos —. Me lo sé de memoria.

¿Como no hacerlo? En los momentos de incertidumbre ellos se ocultaban debajo de su cama, una forma de calmarlos era contarles un cuento, la que más les gustaba el caperucita roja y de como la rescataron antes que el lobo le hiciera algo malo.

Ray cuenta con calma y precisión.

Érase una vez una preciosa niña que siempre llevaba una capa roja con capucha para protegerse del frío. Por eso, todo el mundo la llamaba "Caperucita Roja"

Hayato también quería una capa roja.

Caperucita vivía en una casita cerca del bosque. Un día, la mamá de  Caperucita le dijo:

–Hija mía, tu abuelita está enferma. He preparado una cestita con tortas y un tarrito de miel para que se la lleves. ¡Ya verás qué contenta se pone!

–¡Estupendo, mamá! Yo también tengo muchas ganas de ir a visitarla – dijo Caperucita saltando de alegría.

—Hermano —Hayato interrumpe —. ¿Si le hubiéramos dado tortas y miel a la abuela Jen, ella no nos hubiera dejado?

Zazie piensa la incoherente pregunta. Era imposible.

—Nos hubiera agradecido pero igualmente se hubiera ido —responde Ray.

Prosigue contando;

Cuando Caperucita se disponía  a salir de casa, su mamá, con gesto un poco serio, le advirtió:

𝑺𝒕𝒂𝒚 𝑾𝒊𝒕𝒉 𝑴𝒆 (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora