Capitulo: 1

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Estaba siendo una tarde ajetreada para el alfa, abrumado por buscar solucionar los problemas que se habían causado por el reciente ataque a su manada, salió de su casa sin ánimo de seguir pensando en las soluciones que le daba el consejo de lobos. Paseo calmándose por las calles sin prestarles atención a las miradas miedosas de las personas.

Sin entender el por qué sus pasos se dirigían hacia las casas que habían sido dañadas durante el ataque a la manada, el lugar se encontraba prácticamente destruido, el aroma a cenizas era lo único que se sentía ahí.

Gruño frustrado por no haber podido hacer nada por los que habían vivido en esas casas ese día del ataque.

Estaba dispuesto a dar la vuelta para irse cuando un chillido rompió el silencio, sin darle importancia se dio la vuelta, pero un débil aullido lo hizo detenerse. Se acerco al lugar de donde se escuchaban los aullidos moviendo algunas maderas quemadas y vidrios rotos dio con un pequeño bulto de color marrón con toques naranjados que estaba arrinconado entre lo que sería la esquina de la casa.

— Maldición— gruñó desconcertado cuando la bola de pelos se movió mostrando a un pequeño zorro.

"¿Qué hace un cachorro de zorro en mi manada?"

Acercó su mano al cachorro cuidando de no asustarlo, este se acercó dudando.

— Ven aquí pequeño— dijo llamándolo.

Lo tomó en brazos sintiendo lo liviano que estaba, el zorrito lo olfateó y se acomodó en los cálidos brazos del alfa.

— lo más seguro es que no puedes transformarte en humano, ¿verdad?

El cachorro lo miró con ojos brillosos, unos bonitos ojos marrones.

Salió del lugar cargando al pequeño mientras pensaba a dónde llevarlo.

"Si bien la manada de zorros que está cerca del territorio para un pequeño cachorro como él está demasiado lejos, no pudo haber llegado él solo aquí."

"cachorro..."

"que puedo hacer, a donde lo llevo?"

"nuestro, mi cachorro"

¿Era ese el instinto del que su padre le había hablado lo que estaba despertando en su lobo...o solo se había vuelto loco?

"no puedo, no soy paternal, no sabría cuidar de él."

El cachorro se estiró y lo miro pestañeando lento, era tan tierno.

Gael suspiro pesado y siguió caminando de vuelta a su casa, sintió a su lobo ronronear por primera vez incluso lo rodeó un calorcito en el pecho junto a su corazón. Al llegar a casa lo esperaban los viejos lobos que formaban parte del consejo, solo les gruñó y se encerró sin dejarles decir nada.

Subió las escaleras hasta su cuarto y dejó al pequeño sobre su cama.

Se quedó mirándolo y siendo mirado por él.

— te pondré un nombre para hacer esto más llevadero— dijo acomodándose a su lado en la cama.

— bien, que nombre te quedaría bien...

Pensó y pensó hasta que se le ocurrió uno.

— Abel, Abel Facundo— dijo acariciando el pelaje del cachorro.

El cachorro ronroneó ante el toque.

— Debemos hacerte volver a tu forma humana— murmuro pensativo.

¿Cómo lo conseguiría si lo más seguro es que el cachorro ni siquiera le entienda?

"lobo."

Podría funcionar, estando en su forma de lobo quizás el cachorro entendería. Se paró un poco alejado de él y se transformó en un lobo medianamente grande de pelaje gris.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora