Capítulo 1 "Camino de Flores"

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-          Basta. Por favor ya no más – me quejé entre llanto al sentir un fuerte dolor en la boca del estómago.

Todo se encontraba en penumbras a mi alrededor.  No podía ver más que la punta de mis dedos que se enterraban en el suelo, empujando mi pesado cuerpo que no era capaz de ponerse de pie. Un terror indescriptible me invadía, no podía describir este sentimiento jamás experimentado, solo sentía el dolor y una increíble necesidad de sobrevivir a algo que no podía ver, pero de igual modo sentía. Una presencia, me asechaba mientras que con las pocas fuerzas que me quedan me arrastraba por aquel eteno pasillo que cubría una larga alfombra que se iba manchado con la sangre que iba escurriendo desde mi cuerpo

— ¡Ayuda!... que alguien me ayudé por favor – volví a gritar sin respuesta alguna

-          No grites – cerca de mí. Podías escuchar las vos de un hombre se escuchaba cada ves más cerca – no debes gritar. Aquí estoy para ti – volvió a sonar.

Volteé un segundo y pude ver por el rabillo del ojo. Allí, para junto a mí, con una mirada sombría y perdida como si no tuviera vida. Temblé al verlo sin entender el porqué

-           No te haré daño. Déjame ayudarte, amor mío – dijo mientras se montaba sobre mí – solo quiero que estés bien. — sonrió tenebrosamente a la vez que levantaba entre sus manos un cuchillo – lo volveremos a intentar otra vez.

Grite al verlo.

-          Deja de gritar de una vez Roma— me grito mi madre al lanzarme un cojín sobre la cara - que es este escándalo. Levántate de una vez por todas. Es hora de trabajar – recogía unas cuantas ropas que había dejado en el suelo – por dios como puedes ser tan perezosa ya son las 12:00 de la tarde hasta cuando piensas ponerte de pie – se quejó al marcharse del cuarto.

-          ¿Fue un sueño?

No entendía, había sido tan vivido que podía sentir como aún dolía mi estómago. Trague un poco de saliva al aun encontrarme asustada, jamás había tenido tanto miedo en mi vida como en este momento. Fue tan real que aún no podía entender que había sido aquello.

-          ¡Baja de una vez! – volví a escuchar la voz de mi madre que me llamaba, esta vez ya en la planta baja de la casa.

-          Ya voy – respondí un poco aturdida a la vez que daba un salto fuera de la cama 

Me vestí rápidamente mientras mi madre aún seguía llamándome. Me puse un jogger, un polerón celeste que hacían juego sin importar si estaba presentable o no y bajé rápidamente las escaleras

-          Ya estoy aquí, ya bajé – le conteste mientras sujetaba mi cabello con una simple coleta a la vez que terminaba de bajar las escaleras rápidamente y entraba a la cocina de un salto

-          Mira esas fachas – intervino nuevamente mi madre al verme – ¿crees salir con esa ropa a atender al público? Es una florería roma, tratamos de dar una imagen. Debemos estar presentables ante nuestro cliente – exclamo mientras seguía apuntadme con la flor que sujetaba.

-          ¿Debería ponerme algo más elegante para atender la florería? – conteste mientras pasaba junto a ella – además es temprano, no creo que vaya a venir tanta gente a esta hora

-          Claro que si niña – cruzo sus brazos y me miro con desaprobación

-          Por dios Muchachas. Que son estos gritos tan temprano por la mañana – comento con una voz garras poza mi abuela que entraba a la cocina al escuchar tanto ajetreo por la mañana —¿Qué pasa?  - pregunto calmadamente, sin ante, perder su oportunidad de cambiar el tema por un segundo - ¿alguien sabe dónde están mis lentes?  - pregunto un poco desorienta mientras pasaba entre nosotras.

Amor MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora