Love #1

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Dos semanas después de la ruptura

Tras esas semanas de no saber de Adrien, optó por ir a visitarle.

Desde la fallida cena de Navidad, no había vuelto a ver a ninguno de los dos, pero sabía por Zoé que Luka se estaba quedando en un hotel barato. Su hermana le ofreció el Le grand París, pero él no quiso aceptarlo y podía adivinar la razón. Probablemente, no querría deberle nada a ninguna de ellas.

Con todo el alboroto ocurrido aquel día, casi todos los invitados de esa noche parecían mantenerse al margen de la vida de Luka y Adrien. No sabía lo que sucedió con la familia de Luka luego del evento, pero conociendo a Anarka, seguramente no les dejaría pasar la afrenta a Juleka y a Jagged. Así que ellos ya no le preocupaban y, de todos modos, la noticia de la ruptura ya se había extendido, por lo que no tenían motivo para hacer algo más. 

Y si bien Luka no quería saber nada de ella, no era el mismo caso con Adrien, quien estaba segura de que no estaba bien después de lo que pasó. Lo conocía tan bien que podía imaginarlo llorando en una esquina mientras veía fotografías de Luka o tal vez estaría muy borracho, escuchando canciones tristes en su habitación. 

Quizá ni siquiera salía de la habitación. 

Ahora que lo pensaba, el departamento debía seguir igual que esa noche. Era Adrien después de todo, le diría algo como "sin Luka no es necesario limpiar". Y, al final, ella tendría que ayudarle a poner todo en su sitio, el apartamento, su vida y su corazón, pero no importaba, era su amigo y no le molestaba apoyarle en su peor momento. 

En cuanto llegó, oprimió el timbre varias veces, pues era probable que Adrien estuviese encerrado en la recámara y no oyera el sonido. No obtuvo respuesta, por lo que supuso que el rubio estaría peor de lo que imaginó. Volvió a timbrar una, dos, tres veces más sin contestación alguna. 

Un pensamiento inquietante le abordó, así que tocó a la puerta sin más con toda la fuerza que fue capaz. Tomó el pomo con desesperación, deseando abrirlo a la vez que gritaba el nombre de su amigo con preocupación. 

Algo debía estar realmente mal si Adrien ni siquiera le respondía. 

Tomó su teléfono sin saber a quien recurrir, la policía, el padre de su amigo o Luka. La última opción parecía la más factible, ya que él tenía una copia de la llave. No creía que le ignoraría en un momento de crisis como ese. Sin embargo, poco le faltó para oprimir el botón cuando una voz a su lado le sacó un susto. 

—¿Chloé? ¿Qué haces aquí? No te esperaba —sonrió con amplitud, desconcertando a la rubia que le recorrió de pies a cabeza. 

¿Ese era Adrien?

Lejos de lo que creyó, su amigo lucía bien. Iba bien vestido, se veía bastante pulcro y tenía una sonrisa tranquila en el rostro. Lo único que se le hizo inusual en él, fueron el par de bolsas de súper que llevaba en las manos. Como si acabara de llegar después de ir de compras. 

Le vio abrir la puerta con la estupefacción escrita en toda la cara. Él le invitó a pasar y ella aceptó en automático, no creyendo su actitud que no iba con el Adrien que conocía. El interior del departamento fue otra sorpresa que no pudo ocultar, pues este lucía muy limpio, sin rastro alguno del caos de semanas atrás. Como si nada hubiera ocurrido allí. 

Inspeccionó el lugar con la mirada, realmente sorprendida, mientras Adrien le ofrecía algo de beber. Ella sólo asintió y él se dirigió a la cocina, dejándole sola en medio de la estancia. Recorrió el recinto, notando que había objetos que faltaban en algunos muebles, como aquel de la televisión donde nunca vio uno, antes solía tener fotografías de ambos hombres y sus familias, mas ahora estaba por completo vacío. 

Blonde (Lukadrien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora