No debo, pero quiero

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-P-perdón - tartamudeó Alba. Se apartó de ella rápido y con la cara roja como un tomate.

-Tranquila pero ¿me puedes decir tú nombre?

-M-mi....¿Mi nombre? - volvió a tartamudear Alba sorprendida.

-Sí tu nombre. ¿Por qué tienes nombre no?

-Herm......- no acabó de decir Marina al ver a su hermana sin su disfraz estando delante de Natalia -. ¿Está todo bien? - preguntó nerviosa.

-¿Os conocéis? - preguntó Natalia entrecerrando los ojos.

-Sí. Es solo una amiga de la familia, la cual, perdió a sus padres y se queda con nosotras desde entonces - contestó Marina rápida y Alba quería matarla en ese momento.

-Oh, yo perdón. Pensé que eras otra persona. No era mi intención recordarte eso - dijo Natalia apenada.

-Tranquila. No pasa nada - dijo Alba sonriendo a la pelinegra con una cálida sonrisa.

-¿Pasaba algo Natalia? - preguntó Marina haciendo que esta pusiera su atención en ella y no en su hermana.

-¡Ah, sí! Venía a daros mi número de teléfono para este fin de semana - dijo mientras le entregaba una tarjeta con su nombre, apellidos y número de teléfono.

-Gracias. Luego te mando un mensaje y de paso hago un grupo para organizarnos bien - contestó Marina viendo la decorada tarjeta.

-Perfecto. Nos vemos.

-Adiós - dijeron Alba y Marina al mismo tiempo.

Natalia se fue y las dos chicas soltaron el aire que tenían retenido.

-Joder, por que poco - soltó Marina.

-Sí - suspiró Alba algo aliviada -. Marina ¿tenias que decirle esa mentira? - soltó cruzándose de brazos y levantando una ceja mirando a su hermana-. Es una de nuestras jefas al final habrá que decírselo para que nos ayude a encubrirnos en este tipo de accidentes - suspiró.

-Ya lo sé hermanita. Pero me entró el pánico - respondió Marina nerviosa.

-Da igual. Tranquila bella, no pasa nada - abrazó a su hermana -. De todos modos, gracias por la horrible excusa - dijo Alba y se empezó a reír por la reacción de su hermana.

-Cállate y corre a por tu móvil, así podremos irnos ya - contestó Marina un poco indignada.

Alba asintió sonriendo y fue corriendo a recoger su móvil a la sala de ensayos. Recogió su móvil y fue con su hermana a la entrada. Marina al verla le dio la gorra y el cubrebocas, lo cual se puso, y salieron de la empresa.

-Vamos a casa, ¿no? - preguntó Marina a su hermana.

-Sí. Estoy cansada y quiero, no, necesito ducharme - contestó Alba asqueada por su sudor ya seco, el cual, es ahora un poco pegajoso y por el olor de este.

-Apestas - dijo marina tapándose la nariz para fastidiar a su hermana. Marina no olía lo que su hermana si porque está un poco resfriada, aunque no se le note, y no puede oler bien.

-No me digas - contestó la rubia irónica y llego el taxi que la manager de Alba pidió para ellas.

Las dos entraron al taxi y este las llevó a su casa. Al llegar Alba le pago y bajaron. Marina encontró las llaves, después de diez minutos, en su bolso. Al ya entrar, cada una en  sus habitaciones. Alba, al fin duchada, se tumba en su cama.

-Hermanita ¿quieres que pida algo para cenar las dos? - preguntó Marina en el umbral de la puerta de la habitación de su hermana.

-¿Las dos?¿Y mamá? 

Tu Voz // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora