Desde que Mina había aceptado sus sentimientos por Nayeon, las cosas no habían cambiado en nada entre ellas, seguían su amistad como si nada hubiera cambiado en el interior de la japonesa. O eso quería creer Mina si no fuera por los constantes celos que sentía con todo lo que se relacionaba a Nayeon. Y Mina nunca se había considerado una persona celosa, lo que relacionaba a que nunca había tenido sentimientos reales de amor hacia alguien, por lo que no estaba muy a gusto ni acostumbrada a esas situaciones.
Y Nayeon tampoco se la dejaba muy fácil para que no ocurrieran. Ella sabía, incluso desde antes que se conocieran, que la coreana era una chica de citas, que le gustaba conocer gente y pasar tiempo con ellas. Pero a pesar de que Changkyun le comentó que desde que se habían conocido ambas Nayeon había disminuido en la frecuencia de personas, ella misma pudo descubrir en ocasiones que no se había detenido.
Había visto a la coreana de la mano de algún chico cerca del condominio en el que vivía, incluso compartiendo algún breve beso, o notaba cuando respondía mensajes de su celular rápidamente mientras veían una película juntas. Mina odiaba todos esos momentos, sentía envidia por todas esas personas que lograban hacer lo que ella tanto quería, e incluso le llegaba a doler profundamente, porque sabía que ella nunca llegaría al punto de atreverse a siquiera confesarse a su amiga.
Pero esa lampara que estaba a su lado en este momento, era lo que más odiaba de todo.
La primera vez que Nayeon la invitó a su habitación fue el mismo día en el que acordaron su promesa de ver películas todos los miércoles, sin falta. La habitación de la coreana era bastante sencilla, pero que se podía apreciar perfectamente sus gustos.
Tenía dos posters de los artistas que más le gustaban, pegados en una pared lisa de color baby blue, como Nayeon le había corregido de forma inmediata cuando ella lo nombro como celeste. Un tocador a un lado de la ventana que daba hacia el parque comunitario, y que, para su mala suerte, tenía una vista perfecta a la banca donde se había besado con Sana. Mina no pudo evitar sonrojarse al descubrir que Nayeon las pudo estar viendo perfectamente desde su silla del tocador ese día, lo que le confirmo la coreana sin vergüenza alguna en el momento que la escucho a su lado.
—Para que veas que tuve asientos en primera fila. —Acompañó sus palabras de una burlesca risa que hizo crecer en la japonesa ganas de cancelar su tarde de películas.
Nayeon no tenía televisión en su habitación, según ella porque le ocuparía espacio innecesario, además de que ya tenían una en su sala de estar, por lo que usaban un cómodo y pequeño reflector para ver las películas recostadas en la cama de la coreana.
Esa horrenda lampara, como la había categorizado Mina, apareció de un día para otro, y que a Nayeon le gustaba llamar como una especie de trofeo personal. Ubicada a un costado de su cama, sobre una cómoda, y que siempre quedaba a un lado de la cabeza de Mina por los lados que tomaba cada una en la cama de la coreana, y que, desde su aparición, le dificultaban su concentración en las películas que veían.
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Tomar la Iniciativa [MINAYEON]
Fanfic❝Myoui Mina ha sido desde muy pequeña una niña tímida y de pocos amigos, siempre complicándole socializar con otras personas o cuando llega a grupos nuevos, pero eso a ella nunca le había importado lo suficiente como para impedirle el seguir en tran...