-Recuerdos-

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-Los sentimientos suelen ser muy extraños- Capitulo 3.

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Katsuki recuerda vívidamente aquel primer día en el que Izuku declaró su flameante admiración hacia él. Katsuki recuerda las palabras, por supuesto que sí.

También recuerda aquel día en el arroyo, ese mismo en el que su odio hacia Izuku no hizo más que incrementarse de forma desmedida.

El rubio no es real fan de recordar los pesados años de tensión que se mantuvieron presentes posterior a aquellos sucesos.

Si, Katsuki realmente no es fan.

Y ahora, con la escena misma repitiéndose en el presente, y con los años de tardía madurez cambiando su visión frente a los sentimientos de Midoriya, así como sus acciones hacía él. Katsuki no puede hacer más que soltarse a llorar en los firmes brazos de Izuku Midoriya, quien de nuevo tiene la oportunidad de ver a Katsuki Bakugo, el más preciado ser ante sus ojos, desmoronarse frente a él.

El peli verde se mueve estando notablemente sorprendido, y es que ofrecer su mano ante alguien nunca había sido motivo de tal reacción.

Aún a pesar de la confusión invadiendo su sistema, Izuku acude al rubio lo más rápido posible. Lo rodea con sus brazos, esperando darle la seguridad que el rubio claramente necesita. Apresándolo contra su propio cuerpo una vez que está seguro de que el contacto es bien recibido, o que al menos no va a ser rechazado.

Izuku se preocupa en grande. Y no solo porque se trate de su naturaleza como persona, sino porque es de Katsuki de quien hablamos, una de las personas más importantes para él.

El rubio por su parte no para de lamentarse. Con las palmas de sus manos firmemente clavadas en Izuku, con una posándose fuertemente en el pecho, y otra atascada en el hombro contario.

La preocupación de Izuku aumenta en cuanto la piel debajo de las manos de Katsuki comienza a tomar más calor del que naturalmente debería.

Y es que el rubio está perdiendo el control.

El pecoso comienza a sudar frío, y decide tomar el riesgo de alzar el rostro de Katsuki, ahuecando sus mejillas suavemente con la palma de sus manos.

-Está bien, Kacchan. Por favor, respira conmigo. Sea lo que sea prometo que voy a estar aquí. Si no quieres mi ayuda, podre entenderlo, pero para afrontar cual sea la situación que tengas en tu cabeza, necesitas recomponerte y mostrarme ese imponente y fuerte Bakugo Katsuki de siempre. Ese que siempre he admirado con toda mi alma, que, aunque se vea dolido siempre ha sido maravilloso. Que siempre que cae se ve con las agallas de volver a levantarse y pelear todavía más fuerte. Necesito que respires, tomes mis palabras, y hables conmigo.-Katsuki deja caer aún más lágrimas, e Izuku no puede soportarlo.-Por favor, Kacchan, toma mis palabras, necesito que estes bien, no puedo soportar ver a la persona que amo así, por favor, por favor.-El blondo se detiene un instante, su mirada se clava fuerte en las esmeraldas que tiene enfrente. Le mira, confundido. El blondo inhala y exhala como Izuku nunca lo ha visto hacerlo en toda su vida, y agradece eso más que nunca.

El lento cerebro de Katsuki capta alguna palabra de parte del peli verde, pero Katsuki se encuentra mucho más centrado en las anteriores palabras que su rival de toda la vida acababa de soltar.

-¿Qué acabas de decir?-Izuku parece no haber captado el sentido de la pregunta, y dirige su mirada hacía el verde pastizal en el que están sentados ambos.

-Acabo de preguntar si es que te encontrabas bien, Kacc-

-No, eso no.-

-Entonces no sé a qué te refier-

-Dijiste que me amabas.-E Izuku parece al fin haber caído en cuenta de las palabras que habían abandonado su boca mientras su cerebro no podía procesar nada más, y de repente, Izuku se encuentra con aquel sentimiento incomodo que estaba esperando nunca volver a sentir.

Y en algún punto, la mente del pecoso comienza a viajar hasta hace un año, aquella vez en la que en medio de su confusión respecto a sus sentimientos se había confesado a Todoroki, y junto a la imagen su corazón recuerda aquellos sentimientos de rechazo y confusión que inundaron su cerebro después de que el bicolor le dijera que no era recíproco.

Y en ese momento, en el aquí y ahora, Izuku no puede evitar sentirse el peor ser humano del mundo.

Y la única solución que encuentra ante la situación, es echar a correr.

Aprendiendo a Relajarnos /KatsuDeku/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora