Mi todo.

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-No todo está prescrito- Capítulo 5.
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Estaba tan confundido cuando Kacchan se puso a lagrimear en cuanto le tendí mi mano. Y si me hubieran dicho en ese momento que los acontecimientos que le siguieron a eso provocarían una escena de tiernas palabras y apasionantes besos me hubiera reído en la cara del loco que me lo hubiera dicho.

Pero a veces las cosas no salen siempre como las planeas.

Kacchan había resultado ser mucho más romántico de lo que se podría imaginar. No solo había hecho un sinfín de halagos o extraños—Pero lindos—coqueteos. Por supuesto la esencia Bakugo no había abandonado ninguna de sus palabras. Soltando insultos intermedios, aun sin sonar tosco o molesto realmente. Simplemente siendo maravillosamente Kacchan.

Aunque tenía una pequeña espina molesta clavada dolorosamente en el corazón. Una que a pesar de doler, me hacía sentir que pedía demasiado.

Y es que pesar de haber tenido ratos indiscutiblemente maravillosos junto a Kacchan, realmente él no había dejado en claro qué era lo que él quería que fuéramos. Y a pesar de ser algo muy banal después de las hermosas palabras que me dedicó aquel día en la azotea, yo no podía evitar sentirme aturdido y de alguna forma sin rumbo.

Todo era maravilloso, pero estaba ese molesto "¿qué éramos?"

Tenía reales intenciones de hablarlo hoy con él, por muy vergonzoso que me resultara plantear una pregunta de ese tipo.

¿Cómo se supone que preguntas eso? ¿Debía ser directo y lanzar la bomba? ¿O era mejor opción ser sutil?

Aunque admito que el último punto era un poco imposible, porque la sutileza no era realmente uno de mis mayores fuertes.

Aunque a pesar de haberle planteado la situación a mi amiga, Ochako, incluso aunque haya sido—de nuevo—verdaderamente vergonzoso, no había logrado encontrar una solución satisfactoria aún con su ayuda.

El problema en sí era bastante como para lidiar con el solo, pero no encontraba quien pudiera ayudarme, y era tan estresante.

Ahora mismo estaba sentado en un sofá central de la zona común, aparentando probablemente estar cursando por un intento de fusionarme con el mullido mueble para desaparecer y deshacerme de mis pensamientos.

Y en medio de eso sucedieron tres cosas que llamaron mi atención.

Lo primero que no me esperé fue sentir el calor de una mano apoyándose suavemente en mi hombro.

El segundo fue la profunda pronunciación de mi nombre viniendo de una voz tras de mí.

Y luego mi mirada se clavó sobre la cabellera bicolor que se presentó frente a mis ojos.

—Midoriya —La voz se escuchó con su tono comúnmente apacible, acompañado convenientemente del rostro serio de mi amigo. Y antes de poder devolver el saludo, Todoroki-kun volvió a hablar. —¿Podemos hablar?

Su mirada se perdió en un rincón algo alejado del lugar, yo hice un leve movimiento con mi cabeza, asintiendo y haciendo amague de pararme de mi asiento.

Caminamos un par de pasos hasta el lugar que él mismo había señalado, alejándonos de los demás.

Y yo no pude evitar sentir una mirada clavada fieramente en mi espalda, a pesar de no saber de dónde provenía.
En cuanto iba a preguntar el motivo de la charla, Todoroki-kun se encargó de empezar el tema dejándome con la boca abierta.

—Escuché de lo tuyo con Bakugo —. Afirmó, dirigiendo una mirada discreta hacia Kacchan y pasando totalmente por alto el furioso sonrojo que se dio paso en mi rostro —. Y sentí que debía preguntarte algo.

Avergonzado, asentí, a ambas cosas. Pero pregunta se escapó de mis labios antes de poder analizarla.

¿C-cómo...?

La pregunta realmente murió en el aire, porque la profunda voz aclaró todas mis dudas con el solo comienzo de una oración.

—Uraraka. —Soltó con simpleza—. Aunque debo agregar que ella se veía muy emocionada con el tema, y siento que se le escapó accidentalmente. 

Lo entendía. Porque yo era el reflejo de mi amiga castaña. O ella el mío. Cualquier opción es válida.

—Entiendo, Todoroki-kun. Pero ¿qué es lo que quieres preguntarme? —necesitaba terminar la conversación, aunque fuera algo muy descortés de mí parte.

—¿Por qué Bakugo?

—¿Eh?

¿Acaso era un reproche?

—Lo siento, hacerlo sonar mal no era mi intención. —argumentó— Sólo que ustedes parecían tener tanta rivalidad en medio, y veía que apenas estaban poniendo las cosas en orden entre ustedes. Y fue muy extraño escucharlo de Uraraka, que ustedes estaban en una relac-

Mis manos sellaron su boca rápidamente, mi cara ardiendo y mis manos sudando por los nervios.

Relación.

¿Por qué Uraraka utilizaría esa palabra?

—Todoroki-kun, no uses esa palabra tan a la ligera, es muy vergonzoso. —me queje rojo como tomate, seguro de que mi cara debía de ser similar al cabello de Kirishima-kun—. Podemos hablar

Cualquier opción funciona.

Me alejé los más disimuladamente rápido que pude—aunque creo que mi intento de disimulo no rindió frutos— en dirección al ascensor. Pero no con intención de ir a mi piso, sino al de Kacchan.

Mi mirada se desvió fugazmente hacia el lugar que ocupaba Kacchan mientras yo estaba hablando con mi amigo bicolor, y su figura ya no aparecía por ninguna parte, lo que me llevo a pensar que probablemente ya estaría esperándome en su habitación.

Él y yo habíamos quedado está noche en su habitación. A petición mía, por supuesto.

Aunque los nervios no hacían sino comerme, poniendo las palmas de mis manos sudorosas y mi mirada inquieta.

Estaba tan nervioso.

Era todo tan nuevo, y me asustaba tanto. Lo que sea que tuviéramos, lo que sea que estuviera pasando entre nosotros, era de las mejores cosas que me habían podido pasar en la vida, y la idea de perderlo me aterraba tanto.

Las puertas de frío metal se abrieron para mí, dándome vista de todas las puertas en el piso. Yo tomé paso hacia la quinta puerta de la fila derecha, la habitación de Kacchan.

Mi corazón se saltó un latido, y mi puño levantándose en busca del tacto de la firmeza en la madera se alzó con duda.

Y de pronto todo sucedió más rápido que la propia luz.

La puerta se abrió de golpe, la imagen a contra luz de Kacchan asomándose por el espacio recién abierto. Un agarre tomando firme mi brazo y arrastrándome hacia adentro.

La puerta se cerró con un fuerte golpe
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Mi mirada cayó sobre la figura frente a mí, estupefacta. Pero la callosa y fuerte mano se pegó a mi rostro, y el cuerpo frente a mí me aprisiono contra la pared junto a la puerta.

—Ka-kachan, ¿qué está pasan-

Mi voz se escapó ahogada gracias a la mano apoyada bruscamente sobre todo mi cara.

—Pequeña mierda —Kacchan bufó. Con una explosiva molestia que no había notado en él sino desde hacía mucho. — Creyendo que puedes pasar por la vida haciendo lo que te dé la gana.

¿Qué?

—Kacch-

—Cállate. —Su mano abandonó mi piel, dejándome con una sensación particular en la cara debido a la nitroglicerina. —Ya me has hecho enfadar mucho, Deku. Y estas tentando a tú suerte. Andando de encimoso con el bastardo mitad-mitad y la Urraca esa que tienes por amiga.

No entendía nada. ¿Que yo había hecho qué?

—¿De qué estás-

—¡De que todo el puto día has estado yendo de rincón en rincón con esos dos mequetrefes! Eres mío, maldita sea. —El entendimiento me golpeo como aire frío de invierno. Kacchan estaba celoso —. Así que vas a putas explicarme un tema, bastardo. ¿Qué mierda está pasando con las secreteadas entre ustedes tres?

Yo aún no cabía en la sorpresa. Dios, Kacchan celoso, ¡Por mí!

Eso sin duda era una gran hazaña.

Realmente había sido tan tierno ante mis ojos. Me vi obligado a hacer un par de maromas para terminar rodeando a Kacchan con mis brazos, porque realmente me había enternecido tanto su muestra de celos. Además de remover algunas fibras excitantes a lo largo de mi cuerpo, por supuesto.

Aunque jamás me atrevería a decir nada de eso en voz alta.

—Kacchan... —Me aleje levemente de él, aún apresándolo contra mi propio cuerpo. Acuné su rostro entre las palmas de mis manos—. Nada de lo que me estás diciendo está si quiera cerca de lo que verdaderamente es. Ellos solamente me estaban dando algunos consejos sobre.... —bajé el tono de voz— sobre nosotros.

—¿Nosotros? ¿En qué mierda andas metido, Izuku? —cuestionó con un tono burlón, devolviéndome la tranquilidad al sentirlo mucho mejor de ánimo. 

Aunque fruncí el ceño con pesar al oír ese “¿nosotros?”

Sentí como el cuerpo se entumeció con temor. Un poco de ira, pero definitivamente me sentía más temeroso que cualquier otra cosa.

—¿Es tan terrible que exista un nosotros? —Intenté sonar lo menos afectado posible, aunque por dentro me estuviera derrumbando lentamente. Mire a Kacchan totalmente a la expectativa. En busca de algún cambió en su rostro, alguna mueca o algún movimiento.

La pesadilla del día en el que me encontré a Kacchan en el algo llegó de nuevo, y sentí que el pánico comenzaba a apoderarse de mí.

—Izuku, Izuku.
Y antes de que pudiera darme cuenta las lágrimas ya estaban formando pequeños ríos a lo largo de mis mejillas. Y las manos de Kacchan ya estaban limpiando el rastro del dolor líquido con una de las mayores suavidades que ha tenido a lo largo de su vida.

Kacchan rio suavemente. Una risa tan, tan, tan hermosa. Que calmo muchas de mis inseguridades en tan solo un segundo.

Mis ojos se enfocaron en su risa. Tan radiante y suave, y pensé en como nunca lo había visto sonreír así.
—¿Ya te he dicho que estás jodidamente loco? —dijo él, aún con una pequeña risilla deformando su rostro—. Izuku, quiero todo contigo. Un nosotros es lo más maravilloso que podría llegar a ocurrir. Después de la palabra casados, por supuesto.

Y ahí, justo con la escena de Kacchan sonriendo dulce para mí, y con sus palabras calando en lo más ondo de mi corazón, entendí que realmente no necesitábamos etiqueta, porque no necesitábamos nada para definir lo que sea que fuéramos si es que éramos felices así. Y vaya que yo era feliz.

—Voy a ser todo tuyo de aquí a diez años más, y luego de allí a unos veinte más, y de allí otros cincuenta, y de allí hasta lo que me reste de vida. Te amo tanto, Kacchan. Eres mi todo.

Y mis palabras no pudieron culminar mejor el momento, porque sentí la mejor sensación de mi vida cuando el hombre de mis sueños se abalanzó a mis brazos y con una sonrisa plasmada en su rostro tomó mis labios contra los suyos de una forma única y que solo él podría darme.

Al final él agregó con burla—Menos mal que te enseñe a putas relajarte, ¿eh, jodido nerd? Quién sabe si seguirías vivo.

—¡Kacchan!
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Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Aún tengo un extra pendiente, pero tal vez lo haga luego.

Realmente espero haber cumplido expectativas con esto, porque intenté poner cada parte de mi corazón en los capítulos.

No sé si fue lo que se esperaba que fuera, porque entiendo que entre el propio título y la historia en sí no hay mucha similitud. Pero soy sería cuando digo que nunca me deje llevar de esta forma con algo que haya escrito, y de cierta forma estoy conforme con el resultado.

Y montones de gracias a las personitas que dejaron su estrellita, realmente me llenaron el corazón.

¡Besos!

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⏰ Última actualización: Dec 12, 2022 ⏰

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Aprendiendo a Relajarnos /KatsuDeku/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora