Nuestros Cachorros

cap.8: dulce princesita.

Liam no podía creer lo que veía, Theo actuando como un idiota, pero no uno malo, si no uno bueno.

Es el típico padre que se le cae la baba por su bebita recién nacida.

Literalmente Theo le hablaba como un idiota, la niña que solo reía feliz mientras tocaba la cara del mayor, que solo le volvía a hablar como tonto.

- ¿quen esh la niñita más hemosha?- Le hablo Theo por novena vez en estas últimas dos horas.

Liam quería gritarle "ella no te entiende genio". Pero prefirio seguir con su tarea de análisis matemático, que literalmente lo estaba volviendo loco, juraba que no entendía una mierda nada de límites, ni como hacer un jodido gráfico y analizarlo.

- ¿quieres ayuda?-
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!
- Liam eres un hombre lobo- se quejó frotándose los oídos.
- si, pero eso no quiere decir que te pongas a hablarme a la espalda, la quimera puso los ojos en blanco y luego empezó a ver lo que estaba haciendo el menor, no se veía algo complicado.
- ¿que haces?-
- estudio- dijo para tomar a la bebita de los brazos del mayor que se sentó al lado suyo.
- es fácil- comunico mirando las cuentas.
- aja, si esta fácil resuelve lo tu mismo- se quejó.

Theo solo tomo una hoja y en unos 5 minutos tenía toda la cuenta hecha, recibiendo una mirada de odio por parte del menor.

- te ayudo- insistió.
- puedo solo- dijo mirando su hoja de fórmulas, pero digamos que cierta cachorra noto el olor de molestia y confusión de su papi, así que empezó a llorar- ¿que? ¿Qué tienes? ¿Te aplaste?-
- tu olor- dijo Theo calmado.
- disculpa- se sintió ofendido y molesto, hoy era el día de molestar a Liam y no sabía.
- los cachorros sueles buscar el olor de sus padres, al ser sus narices tan sensibles, puede oler el cambio de humor- informó Theo, para acercarse y olerlo, haciendo sentir incómodo al menor- hueles agrio, es por la confusión la frustración eso hace que ella esté angustiada e incomoda- dijo mirando fijo al menor que solo bajó al cabeza con culpa.
- lo siento mucho- se disculpo con la bebita, para luego besar la mejilla llena de lágrimas de la pequeño, que solo llevo su manito a la boca.

Al final recibió ayuda de Theo, que tomó a la menor, así no sufría tanto por los repentinos cambios de olor de Liam.

La quimera le enseño una forma rápida y fácil para resolver esos problemas de matemáticas.

Llego el día de la prueba, y con toda al confianza del mundo fue a dar ese estúpido examen.

Theo jugaba con la cachorra, que apenas si sabia decir palabras sueltas o oraciones simples como "Am am", "bebé aiba" o cosas por el estilo.

La quimera estaba encantado por como la niña se movía, como busca su atención o al de Liam.

Estaba sentando en el piso con la niña en las piernas, mientras que la pequeña jugaba con una peluches, traía su pequeño chupete rosa pastel que subía y bajaba, empezó a frotar sus ojitos, arrugado la nariz, algo que Liam hace cuando tiene sueño.

- ¿tienes sueño princesa?- cuestiono calmado.
- ik- soltó para levantarse, y rodearon con sus bracitos regordetes el cuello del mayor.
Theo paso su brazo por debajo de las piernitas de al niña, dejando la colita de esta sobre su antebrazo.

La puerta se abrió llamando la atención de Theo y Mar, quienes vieron a Liam entrar con la cabeza agachada, supusieron que le fue mal a la beta, si no fuera porque apenas vi la quimera fue corriendo y lo abrazo feliz.

- aprobé- chilló emocionado sin soltar al mayor- aprobé, no lo puedo creer. Dios- chilló feliz- no tendré que ir a las clases de invierno- celebró para luego quitarle la niña a Theo- escuchaste niña, estaré todo el invierno sin preocupaciones- hablo emocionado.