El Amor del Amante Y Del Amado • Wenclair.

El Amor del Amado.

Tu amor fue peligroso.

Cautiva en la mirada oscura de mil vidas, mil experiencias que moría por descubrir.

Desconsiderada seré al descartar cada insípida sensación inútil que contigo no tendrá nada que ver.

No importará, lo juro, tu languidez o mi fogosidad, ni la sonrisa tatuada en mi rostro, tu mirada atemorizante.

Desfallezco al pensar tus manos frías, lloraré cuando conmigo no estés, intolerante refunfuñaré a todo aquel que ose acercarse a mí sin ti a mi lado.

Me he enamorado de algo que mío no será jamás, y acepto dolorida que tus extremidades sobre, alrededor mío provocarán prohibidas sensaciones, dolores irreconocibles, apáticos al consuelo.

Sollozaré tal cual tu chelo al ser abusado, chillando cuerda a cuerda, siempre y cuando sean tus manos sosteniendo mi cuerpo, cantaré nota y armonía que tú en mí quieras producir.

Porque tu amor musical, letal, venenoso, permanente, hará en mis entrañas involuntarios movimientos.

Me has hipnotizado, y yo tan idiota soy solo un perro leal que heñirá tu camino y protegerá hasta morir. Ahora solo soy tuyo, para ti.

Tu amor invernal me enseña eternidad.

Mi pareja de por vida, mi otra mitad.

Sé que si no es un sueño, será mi realidad, tranquila, efímera, eterna, imborrable, audaz.

¿Cómo puedo describir mis sentimientos, mi alma que todo lo que quiere es dar?

Buscaré, después de nuestra muerte, tu espíritu para amar, amarte incluso después de nuestra partida, nunca cesar mi adoración.

Me hechizaste, bruja negra, sin embargo hechízame de nuevo, yo te lo ruego, que suplicio es vivir sin tu brujería oscura endulzando mi corazón.

Porque solo estaré completa cuando tu cuerpo toque el mío y nos fusionemos en la muerte laboriosa.

¿Qué más da, el sexo, los besos? tu olor es motivo suficiente para respirar.

Adicta.

Tu amor es una adicción.

Soy una adicta por tu culpa,
y ahora también eres mi rehabilitación.

¿Qué soy yo, sino amada?
Me encantas cuando me miras, porque el viento se calla, la luna no aúlla, el sol ya no brilla.
Me encantas al hablar, porque mi sangre se detiene.
Saborearte es un placer eterno, y siento que jamás tendré que comer de nuevo.
¿Qué soy yo, sino amada?
Todos los días me encantas.
Todos los días te encanto.
Amamos al otro, pues ni la vida perdurará tanto como las sombras del pasado.
Sombras pesadas, como las del amor.
Desgarbadas somos nosotras, que nada o nadie nos importa.
Te amo, mi amante.
Te amaré, pues soy tu amado.

- Enid Sinclair.

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