Punto 4º Luchando

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4º Luchando

¿Cuánto tiempo ha pasado?

Todo el tiempo es la misma tortura. Te encuentras encadenada, tus brazos posicionados arriba mientras en tus muñecas estaban las esposas.
Levi te visitaba todos los días, esmerándose por sacar información de ti, pero tú te mantenías fuerte y defendías a tú Maestra, sin embargo.... ¿Cuánto tiempo podrías resistir en este estado?

Empezaron a golpearte cada vez más fuerte, más seguido, y no únicamente con sus manos. Comenzaron a usar palos, látigos y otros utensilios; el cuerpo perfecto y fuerte que solías tener ahora estaba marcado con lesiones ensangrentadas que se volvían a abrir todo el tiempo, nuevas cicatrices uniéndoseles, no había lugar en tu cuerpo que no tuviera sangre.

Te torturaban mentalmente con soledad, el único compañero que tenías era el carcelero quien trataba de violarte cuando los soldados y Levi dejaban la celda. Cada vez te daban menos agua y comida, dejándote morir de hambre hasta que eras solamente piel y huesos.

Tampoco tenías cama, tus brazos estaban arriba de ti todo el día y la posición más cómoda en la que podías estar era arrodillándote, aunque no duró mucho ya que hicieron más cortas tus cadenas, tenías que básicamente dormir estando parada.

Y así sucesivamente, los días ya eran semanas, no sabías que hacer, hasta que finalmente decidiste hablar, un poco de información real mezclada con algo falso les sería suficiente y probablemente te dejarían ir.

Alegres con el resultado, los soldados te quitaron las cadenas y te escoltaron hasta la oficina de Levi. Por primera vez en días volviste a ver el sol, ya habías olvidado la belleza de todo el exterior.

Preferiste ver esto como una perfecta oportunidad para ser libre, inesperadamente tiraste de las cadenas que tenían los guardias en mano, el arrebato fue tan rápido que las soltaron, y corriendo te alejaste de ellos.

Tu débil cuerpo trataba de salir de este castillo, solo había un problema: ¡no sabías donde estaba la salida!

Sin rumbo seguiste corriendo por diferentes cuartos y pasillos, jamás encontraste la puerta que estabas buscando.

La falta de comida y agua empezaron a tomar acción en tu cuerpo y por ende empezaste a ver borroso hasta que caíste inconsciente golpeando la puerta que estabas a punto de abrir.

Oyendo un sonido raro fuera, Levi se levantó de su silla y se dirigió a su puerta, colocó su mano en el mango de su espada, listo por cualquier cosa; cuidadosamente abrió la puerta revelando un rehén desmayado.

Ahí estabas, yacías en el suelo y respirando agitadamente y con mucho trabajo.

"Tch, estúpida niña" murmuró Levi irritadamente, mientras cuidadosamente te volteaba boca arriba mirándote.

No te había visitado en días y estaba muy sorprendido al verte. Tus huesos eran visibles y tu piel estaba cubierta de sangre seca.

Por alguna extraña razón odiaba verte así. Lastimada y débil, la (Nombre) que había tomado era fuerte decidida y valiente como para haberle escupido y mordido el primer día. Ahora eras sólo una sombra de lo que solías ser. Lo único que buscaba información que tenías, no pedía más, no tendría porque tomar estas medidas, incluso te hubiera dado una oportunidad y te habría tomado como uno de sus soldados. El físico que tenías en este momento estremecía su frío corazón, sin embargo trataste de escapar e ir con tu antigua Maestra, Levi no podía perdonarte aquello, tu espíritu aún tenía.

Cuidadosamente, el duro Maestro te recogió y te llevó nuevamente a la celda... Regresando al solitario, oscuro y mojado lugar, Levi fue muy generoso al volverte a encadenar observando tu cuerpo de nuevo, con los brazos colgando en el aire y tus piernas cargando tu adolorido cuerpo, pero seguías estando fuerte como para pelear.

Levi se quedó mirándote por un largo periodo de tiempo.

Al momento en el que despertaste fuiste recibida por un enorme dolor de cabeza, era muy difícil tratar de mantener los ojos abiertos, por un instante no sabías donde estabas hasta que volviste a oír el sonido de las cadenas y sentiste el mismo dolor en tu cuerpo y muñecas. La sensación de de alguien observándote te invadía, alzaste la cabeza con mucha dificultad, tus músculos dolían al moverlos, y ahí estaba él.

Levi.

Lo odiabas por todo lo que te había hecho, él era la razón por la cual tu cuerpo se sentí así. Tu odio creció aún más desde que lo conociste pero podías sentir algo más...

Miedo.

Le tenías miedo, podía hacerte cualquier cosa en este estado, los recuerdos de las torturas te perturbaban, ahora estabas segura de que te trajo de nuevo aquí y probablemente el nivel de dolor subirá incluso al rango de llegar a morir.

Lentamente el pelinegro se acercó a ti, cuando llegó cara a cara jalaste de las cadenas con la esperanza de romperlas y largarte de este lugar.

"No me dices lo que quiero saber y ahora ¿tratas de escapar? Tststs, (Nombre) eso no es ¡LO QUE QUIERO VER!"

Gritando las últimas palabras en tu rostro, Levi arrancó una de las velas que estaba a lado de tu cabeza y la movía de un lado a otro en frente a tus ojos, la pequeña llama representaba ahora una gran amenaza, sentías tanto terror.

"Estoy muy impresionado por tu lealtad, pero ¡tú Maestra no ha llegado aún y nunca lo hará! Te dejo atrás y ¿aún tratas de protegerla? Estúpido, pero notablemente leal, mientras esa lealtad no sea para mi ¡sufrirás por ello!"

Y con esa oración presionó la vela en tu muslo, quemando tu piel, sofocándote en el dolor. Gritos de dolor salían de tu garganta y mientras más fuertes se hacían más pegaba la vela a ti. Lágrimas caían de tus ojos al igual que la sangre de tu muslo caía al piso. Después de lo que se sintió como años el dolor se detuvo, tus lágrimas en tus mejillas al igual que tus sollozos daban signo de tu desesperación.

Levi miró por última vez tu expresión de sufrimiento, algo que no había hecho nunca desde que te empezó a torturar, sintió algo raro dentro de su pecho, algo punzante, sin ninguna palabra dejó la vela caer al suelo apagándose y retirándose de la celda. Una vela se perdió y lo podías sentir.

9 Puntos de Locura   (Levi x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora