La confianza que se tenian podría llegar a otro lado, por que no dejar atrás todo y seguir con aquel sentimiento cálido que sentían entre ellos?
-luzugetta
- iniciado 29 / 11/ 22
- terminado / /
- es mi primera historia, en caso de faltas de ortogr...
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No podía procesar la situación, realmente luzu era capaz de matar solo por tener la razón?, sabía muy bien en lo que se estaba metiendo, su mente entraba en un constante debate sobre la cuestionable moral qué empezaba a tomar con respecto a la alcaldía.
Si bien les tenía rencor a los demás por lo que le hicieron el día de su boda, no encontraba la manera de hacer notar su enojo, el constante pensamiento de que era ilegal hacer algo como aquello no lo dejaba, nunca pensó que algo como el que sería el día más feliz de su vida acabaría de una manera tan abrupta, sentado a la orilla de la cama, sintiendo como su hogar se transformaba en un inmenso vacío.
Pero ahora estaba ahí, en la misma habitación, dudando si era buena idea unirse a luzu, el único que le apoyo y nunca se burló de el aunque lo que hiciera fuera estúpido.
Tenía miedo, luzu era un maniático a ojos vistos que en algún momento asesinaria a sus preciados gatos, pero tampoco tenía opción era único apoyo con el que contaba ahora; volteó mirando a Pedro primero, aquel gato que era uno de los que más le acompañaban, lo acarició mientras seguía nervioso, luzu podría llegar en cualquier momento y simplemente desaparecerle de manera indefinida.
Todo se convertía en caos poco a poco, se sentía agobiado, estaba cansado, no podría mantener el poco orden que ejercía sobre sus compañeros, debía aclarar todo o se sentiría peor de perder a su único amigo.
Sentado en la orilla de su cama observa el gran ventanal;el atardecer hace presencia decorando el cielo con tonos anaranjados; nostálgico, seguía acariciando a Pedro quien estaba por quedar dormido, no lo culpaba, el mismo quería que alguien le diera un poco de cariño sincero sin tener que dar algo a cambio.
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Luzu se encontraba en casa, pronto partiría a buscar a vegetta en el gran castillo donde vivía, tenían assuntos qué arreglar con respecto a la alcaldía, su objetivo ahora era centrarse en hacer aliados antes de que quackity retomará la idea de destruir el pueblo.
Con el único cristal que le quedaba y con el que alguna vez trato de revivir a croco, traería de vuelta a harambee, el gorila mascota de alexby, tenía un trato previo con los dioses, al no poder matarlo en las mazmorras de la alcaldía tuvo que pedir que pusieran las mascotas de alexby a su nombre para terminar su cometido.
Todo salió según lo planeado, en las mazmorras de la alcaldía aun se encontraban algunos animales; golpeando a alexby cuando trataba de entrar a la celda, desconociendolo por completo. Se estaba tardando demasiado, no podía dejar que vegetta pensara que se estaba volviendo un insensible con los animales, vegetta amaba los animales en especial los gatos y luzu lo sabía, debía contarle todo antes de que su imagen se vea dañana.
Solamente tenía una oportunidad; seguro de lo que estaba por suceder activo el cristal, haciéndolo brillar de manera cegadora; la luz salía de las ventanas resplandeciendo a tal punto que cambiaban su peculiar color rojizo a uno completamente blanco, iluminando directamente el frente de su casa.
Ya estaba hecho, harambee acaba de aparecer frente a él, observandolo de manera perturbada,le dio un poco de miedo, pero sin duda era un gorila bonito y lo conservaría de la mejor manera posible hasta que todo haya acabado.
Se encontraba agotado, la alcaldía consumía toda su energía y el pequeño ritual que acababa de hacer lo dejó mareado; se recosto levemente en uno de los cofres que tenía cerca y puso una de sus manos en su frente, todo lo irritaba y mantenia estresado, pero pronto todo acabaría y no habría rastro alguno de lo que tendría que hacer.
Sus hijos paseaban por el pueblo, crecieron y ahora se habían convertido en adolescentes curiosos, le acusaba ternura y gracia, los apreciaba demasiado, desde que sus dos hijos agua y viento perecieron los protegía y cuidaba más, moriría si algo les pasará.
Y dejando todos sus pensamientos de lado se levantó aún con ese constante dolor y el molesto zumbido qué ahora tenía en los oidos; tomó su comunicador y le escribió a vegeta.
Voy para allá, tu y yo tenemos un asunto sin resolver.
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Buenas, después de casi un año me di a la tarea de corregir y reescribir la historia para que tenga un poco más de coherencia y tal vez cambiar alguna qué otra cosa.
