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  El clima más calido de Texas la hizo sonreír. Llevaba ya dos días de vuelta con su familia. Cuando llegó su madre practicamente se había lanzado sobre ella en el taxi para abrazarla. No se veían desde marzo cuando ellos habían viajado a New York por el cumpleaños de la chica.

  Esos dos días su madre no paraba de cocinarle porque decía que estaba muy delgada. Había paseado mucho con Toni, su fiel caballo que siempre la esperaba cuando ella iba a Texas. Su celular sonaba a cada rato en un nuevo mensaje de Lauren que la hacía sonreír como adolescente y su madre la miraba siempre que lo hacía. Sabía que pronto le preguntaría al respecto y eso la tenía demasiado preocupada.

  Si bien su madre nunca había mostrado señales de ser homofóbica, era bastante religiosa. Ella había emigrado de Cuba con Camila siendo a penas una niña de 3 años e incluso la habían bautizado en la famosa Iglesia de la Caridad del Cobre que había en el país. Su madre usaba una cadena de oro con una fina imagen de La Virgen de la Caridad que su papá le había regalado. Su padre por otro lado era un hombre de mente muy abierta. Algo dentro de Camila sabía que el jamás la rechazaría, pero tenía tanto miedo de su madre. Su mamá era su todo, era su mejor amiga y confidente. El no poderle contar de Lauren la estaba matando tanto como el hecho de no saber que le diría de su preferencia.

-Hice la ropa vieja que tanto te gusta mijita!- dijo su mamá con su hermoso acento cubano

  El papá de Camila era mexicano y cuando estaban los tres juntos siempre hablaban en español. Los ojos de Camila se pusieron en blanco al probar aquel delicioso manjar.

-Mami está riquísimo! Extrañaba demasiado tu comida-

-Sinu es la mejor cocinera- dijo su padre amoroso besando la mano de su esposa

-Ustedes me inspiran a cocinar rico. Espero que el día que nos presentes a quien sea que te hace sonreir tanto con sus mensajes piense lo mismo que tu mija- Camila casi se atraganta con el comentario

-Mami..yo-

-No tienes que decirnos quien es si aun no es nada oficial Cami- su madre la interrumpió- Sea lo que sea solo me alegro de que te haga sonreír-

  La chica vió las sonrisas en los rostros de sus padres y sintió como los nervios la tenían casi al punto de desmayarse. Sabía que era ahora o nunca. No podía pensarlo mucho porque sino no tendría el valor.

-Se llama Lauren- dijo atropelladamente y con los ojos fuertemente cerrados

  No quería abrirlos y ver decepción en sus rostros. Poco a poco se relajó y los abrió, para su sorpresa había una sonrisa en la cara de ambos.

-Tiene un nombre muy bonito! Estudian juntas?- habló su padre

-No..ella es abogada. Tiene 35 años y esta casada con un hombre hace 13 y tienen una hija de 12 años. Nos conocemos hace dos meses y se que quizás pensarán que estoy loca pero jamás pensé poder sentir por alguien lo que siento por ella- dijo todo muy rápido mientras miraba como sus dedos apretaban el mantel de la mesa

  Sus lágrimas resbalaban por su rostro a la vez que sentía que se había quitado un peso de encima. Sintió una silla arrastrarse y acto seguido su madre envolverla en un abrazo.

-Oh Cami, es muy bonito que te sientas así amor. Pensaste que no te íbamos a apoyar?- Camila asintió y comenzó a llorar

-Mi princesa, jamás te dejaríamos de apoyar en algo- dijo su papá tomando su mano mientras su madre la abrazaba

-Lo único negativo que tengo que decir Camila, es que este tipo de historias no suelen terminar bien-

-Lo sé mamá- dijo la chica- Pero historias mas sencillas tampoco suelen terminar bien. Yo sé que probablemente acabaré destrozada, pero no quiero perder la oportunidad de vivir mi historia con ella- su madre sonrió tristemente

-La amas?- Camila tragó pesado

-Si- admitió por primera vez incluso para si misma

  Si que la amaba. Estaba total e irremediablemente enamorada de Lauren Holland. La amaba.

-Entonces es una chica con suerte- besó la frente de la menor

  Camila les contó como se habían conocido y su padre se emocionó diciéndole que parecía de película todo. Antes de dormir le envió un mensaje a Lauren sabiendo que aún estaría en la oficina y esta la llamó. Le contó todo lo que había sucedido durante la cena, omitiendo la parte de sus verdaderos sentimientos hacia ella. Lauren la felicitó por ser tan valiente y le prometió que algún día cenarían todos juntos.

   Cuando la ojiverde colgó la llamada tomó su bolso para dirigirse a casa. El camino no era muy largo, a penas unos diez minutos.

  Al llegar a casa saludó a su portero. Todas las luces estaban tenues porque todos debían estar durmiendo. Subió las escaleras hacia la habitación de su hija. Abrió la puerta despacio y observó como esta dormía pacíficamente. Lauren sonrió.
 
  Caminó hacia el final del corredor donde estaba su habitación con su esposo. Al entrar este no estaba dormido, estaba esperándola sentado en la cama.

-Pensé que estarías dormido- dijo acercándose y besando sus labios

-Quería esperarte- la chica asintió y se sentó frente a el

-Ocurre algo?- preguntó luciendo serena pero en realidad estaba más que nerviosa por dentro

-Eso debería preguntarte yo a ti. Ocurre algo Lauren?- la chica lo miro nerviosa- Desde hace meses que llegas siempre tarde del trabajo, los fines de semana no te veo prácticamente. Siempre estas por ahí o saliendo con Rachel. Llevamos incluso tres meses sin tener sexo y apenas me besas en el día. Que ocurre Lauren? Estoy haciendo algo mal?- su tono era suave, realmente preocupado y eso hirió a la chica enormemente

  David Gellar era un hombre asombroso. Había sido tan bueno con ella. Realmente no tenía que quedarse hasta tarde en la oficina, esa era su justificación para los días que salía con Camila. Incluso los días que no se veían Lauren no quería llegar a casa. No quería besar a otra persona que no fuera la chica, no quería dormir con alguien más.

-Perdóname David, estoy atareada de trabajo y estoy en un momento que siento que debo concentrarme en mi carrera. Sabes que mi sueño es tener mi propio bufete y tengo que trabajar duro por eso. Perdona si te he dejado de lado- el chico besó sus labios

-Si es por tu carrera entonces lo entiendo amor. Pensaba que era algo más- Lauren bajó la mirada- Mañana nos iremos al aeropuerto sobre las 2pm así que podrás pasar tiempo con Rachel antes de irnos-

  Ellos irían a Michigan, donde vivía la familia de David. Pasarían allá un mes entero. Habían pedido permiso en la escuela de Rachel porque ella extrañaba mucho a sus abuelos y David siempre la complacía en todo.

- Me despertaré temprano- dijo la chica

  David se acostó en la cama y Lauren tomó una ducha. Al salir se acostó al lado del chico y este la abrazó mientras las silenciosas lágrimas de la ojiverde rodaban por sus mejillas.

Catarsis {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora