Capitulo 9

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El día llegó, todo se repitió, solo que esta vez el azul si desayuno con el oscuro, aparte de eso, nada cambio.

El azabache, muy acostumbrado a esta rutina, solo fue a trabajar.

Las cosas fueron un poco diferentes para el azulado, quien después de una pequeña sección de autodesprecio, decidió que si iba a irse, lo haría bien, sin berrinches, ni maldiciendo con todas sus fuerzas al azabache, recordaría los buenos tiempos que ambos compartieron, tratando de ser solo un amigo, si, eso era lo que decía, pero en su cabeza solo pasaban escenarios dónde el arruinaba el noviazgo de su esposo, tal vez era demasiado pronto para superarlo, este tipo de casos llevaban tiempo.

aah... —un suspiró escapó de sus labios, Dios, ¿como le pasaban esas cosas a él? Parece que el karma había hecho, nuevamente un buen trabajo, recordándole que todo lo que se hace, se paga, aunque el no hubiera hecho nada realmente malo —

Con flojera se terminó levantando del sofá, dónde anteriormente había tomado una siesta para pensar como se iría dignamente, si, el aún poseía dignidad, o eso quería creer, no estaba tan convencido después de recordar todas las babosadas que dijo con tal de estar un poco más con el azabache.

—debo dejar de torturarme...

Se lavo, para después ver su alrededor, todo estaba limpio, pero... Teniendo en cuenta que está será la última vez que pise esa casa, al menos se encargaría de dejarla reluciente.

Se puso manos a la obra, al ser una casa de dos pisos, con unos cuantos cuartos de más, si le tomo una gran cantidad de tiempo para dejarla completamente limpia, pero lo consiguió, tarde, pero lo que contaba era que lo había hecho. Ya eran cerca de las 9:00 y su esposo llegaba cerca de esa hora, así que debía ser rápido y preparar la comida, pero ya.

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El azabache estaba, cansado y estresado, debía ya de estar en casa, y en el mejor de los casos, durmiendo, pero no, se encontraba en la sala de reuniones, teniendo una horribles ganas de levantarse e irse de ahí, cerrando la puerta en las caras de esos 'socios' suyos.
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La reunión había llegado a su fin, (por fin) pero lamentablemente tenía que quedarse a hacer un poco de plática con algunos de sus socios, que no hacían nada más que vender a sus hijas e hijos a él, ignorando completamente el hecho de que tenía ya un esposo. Uno que nadie conocía, pero estaba allí, con él.

—son las 11:27 pm... — dijo después de mirar su reloj, era tarde y mañana tendría otra de esas malditas reuniones, no podía seguir desvelandose. Subió a su auto y se dirigió a casa

mierda...— ¿Que probabilidad había de que cerrarán la calle por la cual siempre pasaba para llegar a casa? Parece que el mundo no estaba de su lado...—

Estacionó su auto. Después de tener un día duro de trabajo, llegando tarde a casa, solo esperaba que cierto erizo ya se hubiera retirado. Grande fue su sorpresa al encontrarlo aún en la casa, exigiría una explicación, pero lo interrumpieron.

buenas noches, pensé que algo te había pasado, que bueno que estés bien— se notaba la preocupación en su voz tanto como en los ojos del azul, después de todo el azabache había llegado a las 11:48 pm, aún así sonrió un poco, sin nada de malicia, una sonrisa aliviada de su bienestar—

—¿Por qué sigues aquí?— no iba a caer en la 'trampa' del azul, se suponía que el ya no debía estar ahi, y aún así lo estaba, 'fingiendo' preocupación—

Un Corazón Perdido /Shadonic/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora