Parte 4-El Entrenamiento

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MERY

Dick llevaba viniendo a verme una semana, siempre traía pizza así que lo esperaba para cenar y le preparaba algún refresco. Durante esa semana también había estado investigando y compartiendo la información con él. Habíamos llegado a la cárcel a algunos criminales, con su ayuda era mucho más fácil meterles a la cárcel. No tenía que hacer el pesado procedimiento de buscar pruebas y enviárselas a la policía de manera anónima y además no resultaba tan buscada.

Al cabo de una semana me terminé de recuperar del disparo y ahora lo único que tenía en el brazo era una cicatriz para cual no quería dar explicaciones. Cuando vio que me recuperaba, él me dijo un día y una dirección para reunirnos y entrenar.

Así que estaba a las once de la noche caminando por la oscura Blüdhaven mientras seguía el GPS de mi teléfono con la dirección que Dick me había dado. Hasta que la voz femenina del programa anunció que ya habíamos llegado. Se trataba de un edificio de apartamentos gris y con escaleras.

Me acerqué a escaleras metálicas y comencé a subir al piso que me había indicado.

No me hizo falta contar los pisos, simplemente lo ví tomando una taza de café y esperándome por la ventana. Toqué el cristal suavemente y él se acercó para abrirme.

–¡Buenas noches!

Una perrita gris se acercó moviendo el rabo y ladrando para recibirme, le faltaba una pata. La miré con los ojos brilloso ¡Adoro a los perros! No me dí cuenta y ya estaba acariciando a la cachorra y haciéndole mimitos mientras Dick se cruzaba de brazos con fingida indignación.

–¿Qué clase de saludo es este?

Dijo volviendo su cabeza con exagerado dramatismo. Solté una risita y lo saludé sacudiendo su mano mientras aún acariciaba al animal con afecto.

–Vamos, tenemos cosas que hacer.

Negué y lo miré.

–Confundes las cosas: yo vine por la perra, no por tí.

Dick se dio la media vuelta y camino con su pijama de Superman como una diva.

–¡Oh! ¿Entonces no te interesa la nueva investigación en la que necesito ayuda?

Mis ojos se llenaron de una feroz curiosidad y me levanté de golpe para seguirlo.

–¡Sí me interesa!

Dick se giró y me dirigió una sonrisa perspicaz.

–Entonces lo sabrás después del entrenamiento.

Hice un fingido berrinche y correteé hacia él.

–¡Pues quiero empezar ya!

Dick se cruzó de brazos.

–Entonces comenzarás ha hacer la rutina de abdominales, flexiones, sentadillas y demás ejercicios que tengo para tí.

Parpadeé perpleja y asentí lentamente. Las dos siguientes horas Dick pasó a ser un entrenador bastante exigente mientras yo trataba de dar lo mejor de mí. Al final estuve a la altura del entrenamiento ya que para hacer criminología debía hacer deporte por poco que me gustase.

Cuando ya estaba agotada alzó su dedo con expresión calmada y cabeceó.

–La próxima vez veremos qué tal se te da el parkour.

Hice una mueca, en eso sí era mala. Dick soltó una risita por mi gesto y se acercó a un estudio con un ordenador que tenía.

–Verás, quiero enseñarte un vídeo.

Yo me acerqué con curiosidad mientras él iniciaba sesión en su ordenador y se metía en los archivos para mostrarme el vídeo.

Se trataba de un vídeo en el que dos tipos se metían a un auto y un hombre uniformado con una camiseta negra ajustada (que llevaba un águila roja al pecho) y un capucha roja se subía al coche y lo hacía accidentar para luego disparar a los dos y matarlos. Se trataba de un vídeo violento, aunque no me impactó pues estaba acostumbrada a tratar con eso.Dick habló una vez paró el vídeo.

–Conozco al chico del vídeo. Pero quiero que me ayudes a descubrir si fue el o un impostor.

Me giré hacia él y lo miré a los ojos.

–Si pudiera verlo para comprobar si tiene las heridas de la pelea...

Dick se llevó la mano al mentón.

–Justo en eso pensaba yo –despegó su vista de la pantalla y me miró– ¿Podrías venir conmigo a Gotham mañana?

Cabeceé, Gotham era la ciudad al lado de Blüdhaven. Supuse que el chico estaba allí. Mañana era viernes y no había universidad, así que podía hacerlo y estudiar durante los trayectos y los ratos libres.

–Claro, ¿A qué hora vendrás a recogerme con todo pagado, Dick?

El soltó una risita y palmeó mi espalda.

–¿A las siete te parece bien?

Negué.

–A las nueve.

Asintió.

–Que así sea.





El Vigilante de mi Ciudad /TERMINADO/ (Fan Fic de Nightwin)Where stories live. Discover now