El Vigilante de mi Ciudad /TERMINADO/ (Fan Fic de Nightwin)

Parte 11- Desaparición

MERY

Ya había estado estudiando el caso que Nightwin me había dado. Era realmente interesante: un hombre que coleccionaba corazones ¿Qué tipo de perfil psicológico tendría este criminal?

Algo me llevaba a pensar que estaba relacionado con nosotros de alguna manera, pues había matado a uno de los tiradores que atacaban en la presentación justo después de esta. Fruncí el labio ¿Por qué?

Eso era todo lo que había conseguido profundizar en el asunto.

Suspiré y baje de la cama para caminar hacia la pequeña cocinita de mi apartamento y prepararme un café.

DICK GRAYSON

Dormía tranquilamente en mi cama hasta que recibí un mensaje que me despertó. Suspiré molesto y tomé el teléfono de mi mesita de noche. Normalmente, tenía los chats de grupo silenciados porque todos hacían bastante spam, la gente sabe que si quieren decirme algo importante deben ir al privado.

Y en efecto, era importante: se trataba de mi hermana avisando que iban volar mi edificio. Me levanté y tomé en brazos a mi perra Haley. Debía apresurarme si quería salvar a la gente del edificio.

Eché a correr y comencé a dar la alarma de incendios y avisar a todos a gritos de que había fuego. Active la alarma y la jefa de la comunidad de vecinos no tardó en pararme.

–¿Dick? Recuerdo que el vecino del 3F no tenía los audífonos puestos. No habrá escuchado la alarma.

Asentí y le empuje levemente a la salida.

–Salga con sus hijos, yo voy a avisarle -dije dándole a la perrita- ¡Y cuide de Haley, por favor!

Eché a correr mientras me ponía el traje de Nightwin y entré rápido por la ventana.

–¡Señor! ¡Póngase los audífonos!

Dije sacudiendolo para despertarlo, en cuanto lo hizo me miró malhumorado.

–¡¿Viene usted a mi casa a robarme los audífonos?!

Negué y tome los audífonos para ofrecérselos y que se los ponga.

–¡ES EVIDENTE! ¡VIENES A ROBARME!

Suspiré con pesadez y lo cargué hacia fuera. Salté por la ventana y lo lleve con la multitud.

Poco después un avión apareció sobrevolando el cielo y lanzó una bomba contra el edificio. Todo estalló y segundos después Flash hizo acto de presencia corriendo a toda velocidad.

–¡Nightwin!

Me abrazó y yo hice lo mismo. Es mi mejor amigo. Solté una carcajada.

–¿Estás bien?

Asentí tranquilo y lo mire.

–Será mejor que me quite el traje y vaya como Dick, sino será sospechoso.

Flash tomó mi hombro y negó.

–Si vas como Dick seguirán tratando de darte caza. Dale un respiro y déjalo desaparecer unos días siendo Nightwin.

Fruncí el labio y suspiré.

–Tienes razón...

MERY

Estaba sentada tranquilamente en mi escritorio, analizando pruebas. Era tarde y ya había tenido mi entrenamiento con Dick, se supone que debería estar durmiendo, pero no podía dejar de pensar en el caso que tenía entre manos: el hombre que robaba corazones.

Noté una oscura silueta en mi ventana que interrumpió mis pensamientos, me giré para ver a una mujer caminando hacia mí. Tenía el pelo oscuro y corto, su piel era color marrón, vestía con un un traje negro ajustado que llevaba algunas líneas grises para adornar. Ese traje estaba hecho de licra, la tela que utilizan los deportistas en su ropa, eso significaba que estaba ahí lista para moverse: para combatir. Visualicé la punta de sus botas de tacón y las marcas que dejaban en mi suelo, no eran zapatos: eran armas. Llevaba dos pistolas en las manos y sus oscuros ojos parecían querer atravesarme.

-Mery Hyuks, por fin nos vemos.

Si mantenía la calma y evadía un enfrentamiento tenía más tiempo para pensar un buen plan, porque poco tenía yo que hacer contra dos armas de fuego.

-Disculpe, señorita ¿nos conocemos?

-No debes recordar nada, niña- dijo con desprecio.- Pero eso no importa, vengo a recuperar lo que perdí.

Miré a lo largo de la habitación en busca de algo que me sirva y pensé un plan. Conseguí pensar rápido.

-¿A mí?

-A tu habilidad.

Asentí lentamente sin saber qué decía y me levanté para situarme detrás de la silla de mi estudio.

-Comprendo...Tampoco puedo hacer nada contra una persona armada...

Sonrió victoriosa. Demasiado rápido.

Alcé mi silla para golpear su rostro, ella se sobresaltó. Al pegar en su cara con algo tan grande obstaculicé su vista y, por lo tanto, su capacidad para apuntar. Ella reaccionó apretando el gatillo de sus armas y disparando, pero fue fácil predecir a dónde iban los tiros para apartarme.

Fui rápida y fuerte para que no pudiese usar las cuchillas de sus tacones y la tiré al suelo. Con esos zapatos le costaría levantarse. Corrí a toda velocidad hasta la cocina y tomé la sartén más grande que tenía. Crucé la puerta de salida del piso, pero para ese entonces ella  ya me estaba disparando. Sujeté la sartén con mis dos manos y empleé todas mis fuerzas para resistir los golpes de las balas.

Pero esa mujer fue más lista: primero apuntó a mis dedos y me hizo gritar, después remató su trabajo disparando en mi pierna y haciéndome caer en el suelo.

Avanzó hacia mí a paso sensual y confiado mientras esa sonrisa se pintaba de nuevo en su rostro.

-Vuelve con mami a casa...