Parte 5-Águila Roja

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DICK GRAYSON

Aparecí en la puerta del edificio de Mery a la hora justa, con mi maleta en la mano. Esperé un minuto hasta verla bajar con unos vaqueros y una camiseta de tirantes color blanca. Me gustaba cómo le quedaba. Ella me saludó con los ojos ojerosos.

–Buenos días, Dick.

Yo me crucé de brazos y arqueé una ceja.

–Alguien ha dormido mal, ¿eh?

Dije alargando la mano hacia la maleta azul que traía. Pero ella me apartó.

–Sé llevar mis maletas, no quiero suponerte un esfuerzo. Sólo estuve investigando hasta tarde.

Dijo levantando la maleta y comenzando a caminar. Yo tomé mi maleta y la seguí.

–Vamos al aeropuerto.

Ella cabeceó.

–Está bien, me acuerdo de cómo se iba.

Solté una risita y me posicioné a su lado para caminar, ella me dirigió una pequeña sonrisa.

–No sé por qué tú no tienes más ojeras que yo si te dedicas a saltar y a corretear por ahí en la noche.

Me estiré tranquilo mientras caminaba con la maleta.

–Y eso mismo hice en cuánto te fuiste.

–Parece que ninguno de los dos es capaz de renunciar a lo que le quita el sueño.

Asentí.

–Igual de tercos.

Al llegar al aeropuerto tomamos un avión, el trayecto eran unas siete horas las cuales yo estaba dispuesto a dormir o repasar las grabaciones.

Mery en cambio se aferró a su maleta para sacar apuntes y apuntes que no sé cómo entraron en su asiento. Pasó todo el camino al completo estudiando. Yo la dejé en paz, supuse que no quería perder alguna materia.

MERY

Cuando llegamos a Gotham lo primero que hice fue pegar mi cara a la ventana para verlo todo, nunca había estado en aquel lugar y, aunque no viniese a hacer turismo, quería verlo todo.

Dick soltó una carcajada por mi reacción.

–Será mejor que empieces a recoger esos apuntes.

Había estado dormido todo el trayecto, pero no me quejo. Siempre viene bien un poco de descanso. Obedecí y recogí a velocidad de la luz, dejándome ayudar por él.

Salimos los últimos del avión y Dick se apresuró a recoger nuestras maletas. Me dio la mía y comenzó a andar, yo lo seguí metiendo los apuntes en la maleta.

–El taxi nos espera en la puerta.

Yo asentí y lo seguí hasta allí, donde nos encontramos un taxi. Él pagó y se montó en el asiento del copiloto. Yo me senté detrás con las maletas. Él asomó la cara entre los asientos.

– ¿No te molesta sentarte detrás sola?

Solté una carcajada y negué.

–No me molesta en absoluto.

Dick me sonrió, asintió y volvió a dónde estaba.

El taxi avanzó por las calles de la ciudad mientras yo miraba todo. Ghotam era una ciudad sombría, con incluso manchas de sangre en el suelo. Durante el trayecto ví algunas escenas del crimen. Aún a pesar de eso me pareció que el lugar tenía su encanto, aunque desde luego no debería ser el mejor sitio para vivir.

Dick habló desde la parte de adelante del coche.

–Antes de ser así, Gotham era un sitio donde todos vivían en paz y disfrutaban de su dinero... Pero llegaron los criminales y todo se hundió en las sombras.

Fruncí el labio, por cómo lo contaba parecía haberlo vivido incluso. Alargué la mano para ponerla en su hombro y sonreí levemente.

–Sigue siendo preciosa a su manera.

Él tomó mi mano y giró su cabeza para sonreírme.

Al cabo de un rato llegamos a un almacén abandonado y ahí paramos. Observé todo: realmente no tenía pinta de estar abandonado en absoluto. Fruncí los labios mientras Dick caminaba a un callejón cercano y lo seguí.

Allí se quitó la ropa mostrando su uniforme debajo.

–Voy a entrar al almacén, agárrate a mi espalda.

Obedecí y salté a su espalda para enrrollar las piernas en su cintura y abrazar su cuello mientras él agarraba mis muslos.

Comenzó a saltar ágilmente y yo cerré los ojos con fuerza por el vértigo.

Se posó en una de las ventanas y yo me aferré con fuerza para no caer.

–Sabía que vendrías...Pero no que traerías a una chica contigo.

Esa voz no era la de Dick. Abrí los ojos para ver al dueño y me encontré con un chico de cabello negro revuelto y echado hacia abajo. Nos miraba a ambos con calma.

Me fijé en el almacén y comprobé que era muy probable que viviese allí, aunque llevaría poco tiempo.

Nightwin bajó rápidamente y me sobresalté. Al pisar suelo me dejé caer y quedé de pie.

–Jason, tu camiseta.

El tal Jason cabeceó y se la quitó sin problema alguno. Yo comencé a estudiarlo manteniendo las distancias: tenía un cuerpo definido por el ejercicio y marcado por las cicatrices. Seguí inspeccionando a ver si encontraba heridas de la pelea.


–Esos moretones son un poco preocupantes...–Dijo Dick.

Luego lo mire.

–Dick, este chico no ha participado en esa pelea.

Jason se puso de nuevo la camiseta.

–Yo no fui. En serio.

Dick asintió de manera solemne.

–Te creo, perdona por esto. Son sólo procedimientos.

–Perdón...

Jason se cruzó de brazos y apartó el pelo de su rostro para mirarme.

–¿Y ella?

Yo fui para tender mi mano antes de que Nightwin pudiera hablar.

–Soy Mery, trabajo con él investigando.

Jason me miró como si fuese una novedad y tendió su mano de manera divertida.

–Jason Todd, soy como su hermano o algo así.

Yo tomé su mano con seriedad mientras rebuscaba en mi bolsillo para darle una pomada.

–La necesitas más que yo.

Él tomó la pomada.

–¡Oh, vaya! ¡Gracias!–Dijo con un deje irónico guardándose la pomada.

Nightwin nos miró y se cruzó de brazos.

–Me alegra que os llevéis bien, pero si no fue Jason el del vídeo hay que descubrir quién.

El Vigilante de mi Ciudad /TERMINADO/ (Fan Fic de Nightwin)Where stories live. Discover now