El Vigilante de mi Ciudad /TERMINADO/ (Fan Fic de Nightwin)

Parte 12- Ataduras

NICKY

La prisión era gris. Triste. Estaba atado de pies y manos las 24 horas y cuando deseaban información venían a preguntarme. Yo no quería que me torturen como papá así que simplemente decía lo que sabía, de esta manera había conseguido el privilegio de que me sacasen a comer a mediodía con los demás presos. 

Estaba comiendo en silencio junto a los demás hasta que una noticia llamó mi atención: explosión del edificio de Dick Grayson y desaparición de la estudiante Mery Hyuks en el mismo día. Hablaron de que la policía afirmaba que la chica no había dejado ninguna nota antes de irse y además no había rastros de lucha en la casa. Un crimen perfecto, sabía quién era la culpable perfectamente: Joy.

Mostraron el rostro de la chica que me metió en prisión con Nigthwin  y el falso héroe Jason.

Sabía a dónde se había llevado a Mery y por qué.

¿Cómo lo sabía?

Fácil, idiotas, yo estuve ahí.

No iba a dejar que esa chica sufriese lo que yo, después de todo soy un héroe.

Gruñí y miré alrededor, ahora tendría que utilizar mi plan de escape antes de tiempo.

Comí lentamente y esperé a que los policías comenzaran ha hacer el recuento, era el último de una lista de 1000 prisioneros y solía pasar desapercibido. Así que tenía tiempo y poca posibilidad de que me delaten. Mientras los demás hacían un caos para hacer la formación del recuento de prisioneros tomé la forma de un policía. Al transformarme tenía el uniforme con el que solía verlo y además la tarjeta de acceso colgada al cinturón.

Seguía aprovechando el caos para atravesar la puerta de salida del comedor y comencé a buscar la salida, realmente no tenía problema. Salí de ahí lentamente. Nada que el gran Nicky no pueda hacer ;)

DICK GRAYSON

Había pasado una de las mejores noches de mi vida en casa de Wally, me sentí a salvo y a gusto mientras dormía, y eso no lo había vivido en mucho tiempo. Desayuné junto con su familia y entre risas se pusieron las noticias. No tardaron en anunciar mi desaparición, claro. Pero se me calló la cuchara cuando anunciaron la de Mery ¿Cómo podía haber pasado esto? Debía encontrarla.

-Dick ¿no es esa la chica que te está ayudando últimamente?

Asentí con energía y me levanté.

-Wally, tengo que irme.

Él se levantó.

-Voy contigo.

MERY

Desperté atada a una camilla por unas cadenas de hierro. Traté de mirar a mi alrededor para saber dónde estaba, pero no vi nada.

Hasta que una puerta se abrió y dio paso a una silueta: la mujer que me había secuestrado. Caminaba con seguridad ante mi mirada indiferente. Sus ojos me fulminaron otra vez.

-Supongo que no hemos tenido tiempo de una presentación formal. Me llamo Joy RandWell.

Decidí que seguirle la corriente sería mejor. Esa mujer tenía mucho temperamento al que quizás no debería enfrentarme tan rápido.

-Mery Hyuks.

-Ya lo sé- quedé en silencio.- Mery, ¿sabes realmente quién eres y de dónde vienes?

Mostré una mueca de confusión, pero ella no mostró nada.

-Lo que suponía: no tienes ni idea, Hyuks.

Negué, esperando que me aportara alguna información. Cualquiera podía ser útil.

-Muy bien, Mery. Te lo explicaré: cuando eras una niñita recién nacida tus padres no te querían, así que te trajeron a mi orfanato. Para ese entonces yo tenía 14 añitos, y mi padre me había motivado a crear un suero especial, con el que podría vencer a Superman y tener todo el poder sobre la Tierra. Pero primero debíamos probarlo, y no tardó en venir una pobre niña abandonada a nuestro orfanato...Apenas con unos meses de vida te inyectamos el suero y pasaste por grandes fiebres, pero sobreviviste. Poco después tus padres te llevaron y, para no levantar sospechas, los dejamos ¡Pero ahora estás aquí de nuevo!

Me mantuve en silencio, sorprendida por aquello, ella disfrutaba de mi expresión. Hasta que fruncí el ceño, algo no encajaba.

-Si todo esto es cierto, ¿por qué yo no sabía que tenía un poder tan grande? 

Joy esbozó una profunda sonrisa de diversión y alzó una gran jeringuilla en su mano.

-Porque antes de que te fueras te implantamos un chip para bloquearlo, cielo. Si te dejas inyectar, este líquido dejará inservible el chip.

Fruncí el ceño y me comencé a retorcer entre las cadenas.

-NO VOY A PERMITIR QUE ME USES ASÍ.

Joy cambió radicalmente su expresión por una muchísimo más severa. Golpeó mi rostro con fuerza e inyectó el líquido bruscamente en mi cuerpo.

Grité.