14/7/1987

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Verano, 14 de julio de 1987, Grecia. Bueno, parece que aún fue ayer cuando estaba en América con miles de reporteros por un solo premio y sé que ella estaba viéndome mientras ese hombre le tocaba el culo en la alfombra roja delante de los paparazzis gritando de emoción. Sé que estabas viéndome porque yo intentaba verte a ti fingiendo ser feliz y hetero, porque públicamente, mujer con mujer no está bien.
Creo que me gustas más cuando estás a solas conmigo y nadie más. Grecia, una pequeña casa blanca, con vistas a la playa, vistas al mar. El mismo mar donde nos bañamos ayer con ropa nada más llegar. Grecia, a la tarde, los platos en la cocina siguen sin lavar, yo estaba en la cocina, leyendo así que realmente no por importaba la suciedad en la cocina solo por esa tarde.
El libro que me tenía enganchada me hizo ilusionarme cuando al final de la página en vez de un punto vi que continuaba en la siguiente página pero la vi. Levanté la mirada y ahí estaba, apoyada en el marco de la puerta, en ropa interior y con el pelo húmedo de la ducha.
- Qué miras? - soltó una carcajada. - No estás leyendo?
- No nada, si que estoy leyendo...si. - Volví a mirar el libro.
- Bueno que, me visto o estás muy cansada del viaje?- Yo la verdad, no me vi en ese momento pero sé lo roja que me puse, porque cada vez que lo pienso ahora, el calor vuelve a subir por mi cara.
Hay muchas cosas que me gustan, los libros, su forma de ser tan directa, la forma en la que dice las cosas, como le quedan los vestidos, su marca de nacimiento bajando un poco más de la cadera, pero hay algo que me gusta más que todo esto, ella.
Así que no, no me negué, no sé ni donde dejé el libro pero fui directa a sus brazos para besarla, Tan pronto como llegamos a la habitación sus manos ya están subiendo debajo de mi camiseta, y nunca entendí ni me gustó física pero creí entenderla cuando sus manos bajaron tan pronto como subieron, la entendí en esos segundos.
No fue mi primera vez y la suya ni por asomo tampoco, pero siempre me dijo lo mismo, que solo conmigo se sentía en paz y placer. La persona más fría, conocido y aprobado por todos me dijo que conmigo se sentía ella.
Yo sentía lo mismo pero nunca se lo llegué a contar, nunca le dije como me hacía sentir ya que mi intimidad era lo que era y pienso que ya dejando que me viera como soy y con dejarle que haga lo que quiera conmigo es una manera de decírselo sin palabras.
Así que sí, teníamos una relación, una relación perfecta para todo el mundo si fuéramos hombre y mujer. Pero solo podía quererla en Grecia y conocerla en aquellas sábanas desconocidas. En público éramos dos conocidas, ella dejándose posar con hombres tocándole el culo y yo ocultando sus marcas y manchas de pintalabios.

Lo que fuimos y seremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora