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─Entonces después que termines con el proyecto nos encontraremos en tu casa para nuestro maratón de películas de terror, ¿No? ─resumió Jaemin, ganándose un leve asentimiento por parte del mayor

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─Entonces después que termines con el proyecto nos encontraremos en tu casa para nuestro maratón de películas de terror, ¿No? ─resumió Jaemin, ganándose un leve asentimiento por parte del mayor.

─Prometo no demorar tanto, a más tardar a las diez estamos juntos en casa tomando chocolate caliente mientras vemos la película que desees. ─le dedicó una brillante sonrisa que provocó una tempestad en el interior de Jeno, quien para evitar que sus mejillas rojizas fueran percibidas, envolvió al más bajo en un abrazo, pidiéndole al universo que no se percatara del rápido latir de su corazón. La muestra de afecto tomó desprevenido al menor, quien solo se dedicó a colocar sus brazos alrededor de él, recibiendo una ola de paz cuando los labios del más alto dejaron un beso en sus cabellos, llenando su alma de ese sentimiento inocente e inefable que desde hace un tiempo ya lo estaba sumergiendo en la más abrasiva adicción.

─¡Tierra llamando a Lee Jaeno! ─gritó Donghyuck, moviendo su mano de un lado a otro día en frente del rostro del mayor. Era un chico atractivo, de tez morena, orbes carismáticos y ciertos rasgos que se asemejaban a los de un osito, con una personalidad energizante y un hilarante humor.

─¿E-eh? ¿Necesitan de mi ayuda, Haechan? ─preguntó utilizando ese apodo que tanto le agradaba, ignorando el hecho de que se había sumergido en un trance recordando los reconfortantes brazos de su amado, Jaemin.

─No, justamente me acerqué hacia tí para informarte que ya hemos acabado, creo que estabas perdido entre las nubes ─afirmó, soltando una sonora carcajada. Sus ojos se movieron hasta la mesa del comedor en donde momentos atrás trabajan en el proyecto y, tal cual como había indicado el más bajo, ya se encontraban acomodando el lugar y guardando los materiales que se habían utilizado. Una vez limpió las lágrimas que habían provocado sus risitas, el menor le comentó─, de hecho, Hendery hyung trajo unas botellas de soju para compartir con nosotros, ¿Quieres? ─convidó, sonriente, casi mostrando en su totalidad sus encías, era encantador como su sonrisa te cautivaba rápidamente, no por nada la comparaban constantemente por el astro sol.

Jeno tanteaba el cómodo sofá individual, en el cual se hallaba descansando tras haber acabado con los deberes que se le habían asignado, buscando su teléfono celular. Al hallarlo, lo desbloqueó solamente para fijarse en la hora y maldijo entre dientes al fijarse que no faltaba mucho para que marcara las diez. Negó con su cabeza y, luego de soltar un suspiro que no pasó desapercibido por Donghyuck, dijo─. Estaría encantado de acompañarles, Hyuck, pero tengo otro compromiso, así que sería para otra ocas- ─no logró terminar de hablar, ya que fue interrumpido por el moreno, quien ya había supuesto que rechazaría la invitación.

─Únicamente un trago y ya, por educación, ¿Sí? ─pidió, haciendo un gesto tierno, abultando sus labios y pestañando cómo sí de un minino se tratase. Pese a que por un instante creyó que se veía algo ridículo, decidió por ceder ante la inminente insistencia que vendría, sabía de antemano que el moreno era persistente y en ocasiones algo molesto, no podía comprender como su novio, Renjun, lograba no doblegar ante su reiteraciones.

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