Capitulo 5

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•Narra Daiko•

Llegue llorando a casa, completamente frustrado, cerrando de un portazo, deslizándome por la puerta hasta caer rendido, con mi cabeza entre mis piernas, rodeando estas con mis brazos, mi dignidad... Estaba por los suelos, estaba furioso, quería mandar todo a la mierda, yo no quiero seguir haciendo este tipo de cosas tan horribles, tan solo el toque de sus manos, podía domarme, hacerme sentir tan débil y frágil, las dos sensaciones que mas odio en este mundo, me levante y salí corriendo a mi habitación, cerrando la puerta con llave, desplomándome en la cama, comenzando a llorar de nuevo, ¿Porque tenía que pasarme a mi? Si tan solo me hubiese alejado de el...
-¡ODIO A ESE CABRON!
Grite eufórico, levantándome de la cama, tirando todo lo que había en el escritorio, escuche que tocaban la puerta, ignore completamente eso.
-¡Daiko, Ábreme! ¡¿Que pasa allá adentro?!
Escuche el tono de preocupación de Aiko, tocando la puerta repetidas veces.
-¡NO! ¡DÉJAME SOLO, LÁRGATE!
Escuche los pasos de Aiko, alejándose de mi, como si fuese un completo animal o bestia del que tenias que huir, no la culpo, no soy de esas personas que se cabrean tan fácilmente al grado de gritar y romper cosas, me tire de nuevo a la cama, tomando la almohada y llorando en esta, mordiéndola y golpeándola.
-¿P-Porque...porque todos me tratan como un objeto?
Susurre para mí mismo, suspire tratando de tranquilizarme, todo era en vano, tenía un odio infinito hacia ese patán de melena rubia, de ojos que herían tu alma, y de manos suaves, con sonrisa que te hace temblar, al menos a mi, tendré venganza, no se librará de esta, el no puede hacer lo que le plazca, se lo demostrare.

•Narra Tomoya•

Llegue a la escuela, sonriendo y mirando a todas las chicas arqueando una ceja, estas reaccionaban con un sonrojo y uno que otro suspiro, tal vez lo que diga sonara muy cabrón, pero me gusta jugar con la gente, ver a que grado de manipulación pueden llegar, lo que me tiene inquieto es... ¿Porque con Daiko es completamente diferente? Es decir, el me gusta, me encanta, me tiene loco, pero la idea de sentirme inferior ante el es detestable, pero siempre que lo veo, tengo la necesidad de protegerlo, de estar con el, a el lo quiero de verdad, lo vi entrar al aula de clases, con los ojos un tanto hinchados de tanto llorar, espero que no haya sido el imbecil de Natzuki, que le doy una paliza que le dejara cicatriz de por vida.
-Buenos días Daiko.
El paso ignorándome, mirándome de reojo con una mirada de odio, me sorprendí y tome su muñeca con fuerza.
-¿Y a ti que mosco te picó?
-Tomoya, suéltame.
Susurro Daiko, como si no tuviese ni si quiera fuerzas para hablar.
-Dime que te pasa y te dejo.
-¡Me quitaste la dignidad! ¡Eso es lo que pasa!
Me quede paralizado, mirándolo con el ceño ligeramente fruncido.
-No se de que me estas hablando.
-¡Sabes perfectamente lo que hiciste en el restaurante!
-Daiko, baja la puta voz.
Le susurre en un tono molesto, mirando como sus ojos se cristalizaban lentamente.
-¡Y una mierda imbécil! ¡Que se entere el colegio la mierda de persona que eres!
Reaccione dandole una bofetada, al darme cuenta de mi acción, baje la mano, mi voz temblaba al igual que mi cuerpo.
-¡Daiko! P-Perdóname, no fue mi...
-Solo... Aléjate de mi.
Se dio la vuelta y salió corriendo del lugar, no quise seguirlo, ya le había echo suficiente daño.
-¿Y tú dices que soy quien lo lastima?
Escuche en un susurro cerca de mi oido, gire lentamente para saber el dueño de la voz, era Natzuki, mirándome de manera burlona, no tenía orgullo ni si quiera para contestarle, solo agache la mirada y salí de ahí, sintiendo miradas fijas en mi, con cálidas lagrimas bajando por mis mejillas, sin poder olvidar el rostro de furia y tristeza de Daiko, ¿Qué diablo hice? Acabo de lastimar a la persona que amo, soy un completo monstruo, no, ni si quiera merezco ese titulo.
Salí de la escuela, al mirar al rededor note el cabello negro Daiko, siendo levantado ligeramente por el aire, con la cabeza agachada, llorando, mientras unas hojas de los árboles de cerezos caían ligeramente por el ritmo del viento, me acerque avergonzado hacia el, me senté al lado suyo, acaricie su espalda en modo de consuelo, a lo que él respondió rápidamente alejándose un poco de mi, suspire y comencé a llorar de nuevo.
-Perdóname... Lo que hice fue horrible... Desde el baño hasta la bofetada... Todo lo hago mal.
El seguía sin mirarme, tenía el ceño fruncido, aun con lagrimas cristalinas en los ojos, y una que otra en las mejilla, me sentía horrible, frustrado.
-Tomoya... ¿Porque haces todo esto?
Escuche a Daiko con un hilo de voz, aun sin mirarme.
-Y-Yo... No lo se, eres tan diferente a los demás, y entiendo que quieras alejarte de mi pero... Yo simplemente no puedo, aun que lo quisiera con fuerzas, el olor de tu piel, tu cabello, la primera vez que probé tus labios... Ya no puedo imaginarme una vida sin eso.
-Pero, todos me han ignorado siempre, ¿Porque tu no?
-Porque se como te sientes, y quiero tenerte conmigo, ya no quiero sentirme solo.
Comencé a sentir mis lagrimas de nuevo, estas no cesaban, apreté mis nudillos con fuerza, por el enojo que ahora sentía hacia mi mismo, Senti dos suaves manos, como terciopelo, pasar por mis mejillas, limpiando las lagrimas, mi cuerpo sintió una corriente eléctrica, que solo fue representada por un ligero salto, estas manos me giraron, haciendo que quedase frente a frente con Daiko, rozando nuestros labios.
-Me has quitado la dignidad, te quitare algo mas valioso.
Me quede helado al escuchar su susurro tan cerca.
-¿A-A que te refieres?
-Te quitare la cordura y el control.
Murmuró para darme un beso tierno, el cual yo tenía dispuesto a seguir, pero de manera inmediata Daiko se alejó de manera lenta, arqueando una ceja y mirándome con una sonrisa de oreja a oreja, de manera diabólica y provocativa, se levanto y se fue caminando, yo me quedaba petrificado, mirando como meneaba su cintura a propósito, no se quedara así ¿Quiere jugar? Pues se atendrá a lo que yo soy capaz de hacer, veamos quien cae rendido primero.

Sólo una oportunidad (Yaoi/Gay) //CANCELADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora