Los hermanos Potter y el prisionero de Azkaban.

Capitulo 9: Riddikulus.

Narra Matt:

—Que gran bondad se esconde allí aunque al principio rudo y malo lo crei, ahora se que no es así y me pregunto porque antes no lo ví.... Es nuevo y exc...—La interrumpí.

—No quiero oírte decir esa palabra—Dije deteniendola —Cuando me dijiste que te ayudara con tu clase de estudios muggles no creí creí te referías a cantar.

—¿Que tiene de malo?—Hermione me pregunta.

—No tiene nada de malo Mione, pero ¿Tenía que ser la de la bella y la bestia?—Cuestione.

—Es una de mis películas favoritas—Argumenta ella.

—Mhmm se nota—Dije—Esa parte de la letra es un poco... Explicita.

—¿Y que propones?

—Cambia un poco esa parte que no se escuche de manera explícita—Le aconseje.

—Bien. ¿Cómo?

—Bueno Repite después de mi—Dije—Su calidez, me alarma. Que sorpresa la que recibí no es un gallardo príncipe pero hay mucho que no pude ver antes en él—Cante, Hermione abrió los ojos sorprendida.

—No sabia que cantabas tan bien—Comenta ella con un tono de voz sorprendida.

—A veces canto pero no creo que sea tan bueno—Dije sentándome en la silla del piano—Volvamos a intentar.

—Tampoco sabía que tocas el piano—Dice ella.

—Lo hago en mi tiempo libre—Dije—Muy bien, yo seré la bestia y tu Bella, empezamos desde el principio.

Toque el piano y la música empezó a sonar.

Hermione:

Que gran bondad se esconde allí, aunque al principio rudo y malo lo creí, ahora sé que no es así y me pregunto porque antes no lo ví.

Entonces seguí el ritmo tocando el piano hasta que llegó mi turno de cantar.

Yo:

Miro hacia acá me apareció y cuando nos tocamos no me rechazo, no puede ser... Lo ignoraré, más sin embargo nunca me ha mirado así.

Cante, luego note que Hermione me mira de forma algo extraña mientras sigo tocando el piano.

Hermione:

Su calidez me alarma que sorpresa la que recibí, no es un gallardo príncipe pero hay mucho que no pude ver antes en él.

Lo dijo con mucho sentimiento, a lo que asentí algo nervioso y al final practicamos más repitiendo la misma canción 7 veces más hasta que decidimos que ya fue suficiente y el ensayo terminó.

—Cantas muy bien —Dije tomando un sorbo de agua. Aunque no lo crean tocar por demasiado tiempo el piano o algún instrumento puede llegar a cansar y incluso a sudar.

—No tanto como tú, el profesor Flitwick y sus alumnos estarían celosos—Ese comentario me hace reir—Quiero que hagas el dueto conmigo para mi clase—Dijo ella.

—PUFFFFFFFF—Escupí el agua que tome— COFCOFCOFCOF QUE.

—Eres un excelente cantante, te lo pido—Dice ella rogando.

—No, eso llamara muchísimo la atención—Dije alarmado.

—Te lo suplico—Me ruega—Hazlo por mi.