Capítulo 3: Rulitos

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Frederick

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Frederick.

—No me puedo quedar mucho tiempo. Le prometí a Cam que lo recogería temprano del colegio esta vez —le advierto a C, dejando mi caja de herramientas en el suelo del baño—. ¿Qué dices que está dañado?

—La ducha, tonto. ¿Es qué no la ves?

Sí, es cierto, la regadera está completamente salida. Intento abrir la llave, y con esto confirmo que el agua sale perfectamente, supongo que solo tengo que ajustar algunas cosas.

—Esto debería estar haciéndolo Andrés —no es que no quiera ayudar, solo que mi amigo es mucho mejor en cuanto arreglar cosas se refiere—. ¿Lo has visto?

—Últimamente no, ya sabes, anda trabajando, manteniéndose ocupado para no pensar en Liam.

Lo que le pasó a Liam será algo que nos duele a todos hasta el día de hoy. Por lo menos yo, soy consciente que no hubiera podido huir vivo de todo ese caos en el que lo metieron, y del cual no sé cómo podría salir si se encuentra más solo que nunca.

Ojalá pudiéramos saber dónde está, hablarle, verlo, ayudarlo de alguna forma, o por lo menos, esforzarnos por hacerlo. En lugar de eso, estamos aquí, atados de manos.

Por ahora, me conformo con saber que sigue vivo. Lu nos ha comentado que lo ha visto una que otra vez, no tengo idea que hace Liam tan cerca de ella y tan lejos de casa.

Sé que esa es una de las razones por las cuales cada vez es más difícil verlo, pero diría otro motivo por el que Andrés se niega a salir de su trabajo.

—Y en Lucia —pienso en voz alta—. Si nosotros la extrañamos, él debe de estar destrozado.

—Sí, se le juntaron muchas cosas. Si por lo menos, Lu no hubiera regresado con su ex, tal vez no estaría tan desanimado.

—Ya se le pasará.

—No se le ha pasado en toda la vida, ahora menos que nunca lo hará —me asegura, y aunque me gustaría decir que exagera, no es así. Tiene sentido lo que dice. Andrés ha vivido enamorado de Lu desde siempre.

No entiendo cómo se puede amar tanto a una mujer que tiene a otro. Eso del amor es puro masoquismo por el que yo no pienso pasar.

—Intentaré presentarle a...

—Freds, ni lo pienses —me interrumpe—. Ambos sabemos que no funcionará.

—Nada perdemos con intentarlo.

—Puede que salga con alguna chica, pero su corazón va a seguir en las mismas.

—Soy malísimo para estos asuntos —reconozco en voz alta mientras abro la regadera, empapándome casi por completo—. ¿Qué se hace en estos casos?

—Nada, él solo aprenderá a vivir con ese amor. Andrés es fuerte como un roble, lo resistirá —tocan el timbre de la casa antes de que pudiera preguntar cómo carajos una persona puede permanecer así, resignado a seguir amando a alguien y sin hacer nada por evitar este amor—. Debe ser Jake, siempre olvida sus llaves.

Un Nuevo Sol (HDP #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora