DOS

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Jung Jae y Ji Hyo, los padres de Chanyeol, se habían conocido cuando ella estaba en al universidad, entonces el padre de Chanyeol, solía vender algunas cosas afuera de la universidad, en especial libros usados, los universitarios sí que compraban ...

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Jung Jae y Ji Hyo, los padres de Chanyeol, se habían conocido cuando ella estaba en al universidad, entonces el padre de Chanyeol, solía vender algunas cosas afuera de la universidad, en especial libros usados, los universitarios sí que compraban esas cosas, aunque no las necesitarán, parecía estar en su ADN comprar cosas baratas, al menos mientras fueran estudiantes. Jung Jae entonces, había visto a esa hermosa chica de cabello largo y oscuro, revisar un montón de ejemplares, no supo porque, pero tuvo la necesidad de regalarle todos los que había querido comprar, aún cuando perdió dinero y la chica no pareció encantada con eso, en sus palabras, le había parecido un pervertido, pero se llevó los libros.

Jung Jae no era universitario, nunca fue mucho de Estudios y quizás por eso no era una opción para Ji Hyo, pero era terco y apasionado, dos cosas que seguro que Chanyeol había heredado, así que luego de muchos intentos fallidos y libros regalados, logró invitarla a salir.

Creía entonces tener la receta para el éxito con las chicas, hazlas reír y llena sus corazones y barrigas, él hacía todo eso, invitaba a comer a Ji Hyo siempre, a pesar de que ninguno de los dos era rico y la hacía reír, la hacía reír tanto que la chica apenas se podía mantener en su asiento, era divertido, fue cuando en el final de una de esas tantas citas, los dos terminaron cruzando la línea que no habían cruzado desde su comienzo y Jung Jae siendo un exagerado apasionado como siempre, al otro día fue a agradecer al templo, prometiendo que la sí la vida le daba a esa mujer, la cuidaría como a un tesoro.

Y la vida se la dio, lamentablemente no del modo que quería, porque sin haber empezado a salir oficialmente, ellos dos, quedaron en espera de un hijo.

A Ji Hyo, su padre la echó de la casa y Jung Jae tuvo que hacerse cargo de ella, recibiendola en la suya, solo teniendo que soportar los largos sermones de su madre todo el tiempo, ella decía "Jung Jae, vas a tener un hijo, tienes que conseguir un trabajo" le decía siempre, y Jung Jae parecía fastidiado de solo pensarlo, pero pensando que sería lo correcto, solo decía que si, decía que si a todo lo que las dos mujeres de su vida le dijeran y le pidieran, que las hiciera, era una cosa muy diferente y Ji Hyo parecía desesperarse cada vez más.

Sin carrera, embarazada y sin opciones, no era como ella habría querido vivir.

Y apenas había tenido a Chanyeol, ella se había ido, Jung Jae aún recordaba esa pelea, ella había dicho "Nunca vas a cambiar y no necesito que seas el padre de mi bebé, puedo hacerlo bien yo sola, terminaré mi carrera y me haré cargo de él, no te necesitamos" mucho esfuerzo por todo eso, no había hecho después, su madre aún le recriminaba todo eso, pero Jung Jae no habría esperado que la vida daría tantos cambios, seis años después, estaban ahí, Ji Hyo habló de cáncer, habló de que no le quedaba nada de tiempo y dinero para un tratamiento no tenía, solo estaba esperando que la matará y lo hizo.

-Hey, niño, ¿en verdad me odias tanto como para no caminar a mi lado?- Chanyeol entonces vivía con él y no era precisamente el niño más feliz del mundo con todo eso, pero pensó que estaban a mano, a él tampoco le gustaba, eran responsabilidades que no habría querido tomar, pero que ahora tenía, era un tanto complicado todo eso, pero supuso que igual, era lo mejor, no tenía madre ni a donde ir, y él era su padre, suponía que era lo correcto y mientras bostezaba y veía a Yeol caminar frente a él, lo vio caerse y empezar a llorar. -Ah mierda, no puedes llorar por cosas pequeñas como está, niño.- le dijo y se acercó a levantarse para sacudir sus ropas y luego secar su cara, en realidad, Yeol lloraba cada que tenía la oportunidad, como una excusa quizás, para que nadie pensará que lloraba solo por su madre. -Oye, basta, no puedes llorar solo por una pequeña caída, ni siquiera te has hecho daño.-

Y a ti ¿qué te ha pasado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora