Al final de la cita, se despidieron de un beso lleno de ternura y amor, Ochoa poso sus manos en la cintura de Lionel, el cual solo soltó una pequeña risita, para después separarse e irse a sus respectivos hoteles, en donde tenían unas pequeñas sorpresas.Lionel al entrar a su habitación se encontró con Cristiano, este se sorprendió así que se giró para salir de ahí cuando el contrario habló.
— Necesito hablar contigo de algo importante —
Lionel ni siquiera lo escucho y salió de la habitación yendo a buscar a Memo, en el camino se encontró con Saúl, más conocido como Canelo, esto también hizo que se sobresaltara así que se metió a la habitación de uno de sus compañeros, dibu, al verlo este se sobresaltó y le dijo.
— ¿No deberías estar en tu cuarto? —
Lionel negó escuchando como los pasos de Saúl se alejaban, parecía buscar a alguien, ¿a quien? La respuesta es sencilla, a Ochoa.
Lionel empezó a hablarle de lo que había sucedió con Ochoa para después decirle quien estaba en su cuarto y quien en el pasillo.
Unas horas después fue a buscar a Ochoa, el cual estaba hecho mares, se acercó para tratar de consolarlo, preguntándole quien fue el que lo había hecho llorar.
— Saúl, el y yo ya no somos nada, pero parece que no entiende que no quiero tener nada que ver con el —
La voz del omega sonaba aguda y quebradiza.
Lionel solo lo abrazo tratando de calmarlo, mientras le susurraba un par de cosas en la oreja.
— Todo va a estar bien, ¿si? Tratare de mantenerte alejado de él —
Ochoa solo se abrazo más a él escondiendo su cara entre su cuello y hombro, al poco tiempo se quedó dormido, necesitaba descansar bien y no tener distracciones, para el partido del miércoles, Lionel se quedó con el toda la noche, ya no importaba si llamaban la atención, el solo quería estar con su omega.