𝐼𝑚𝑝𝑢𝑙𝑠𝑖𝑣𝑒 [𝑋𝑎𝑣𝑖𝑒𝑟 𝑇ℎ𝑜𝑟𝑝𝑒]

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Las risas retumbaban por los pasillos llenos de adolescentes juzgadores, mientras dos chicas caminaban rectamente, codo a codo.

Las miradas de todos se posaron en ellas, al parecer este dúo causaba esa reacción en cualquier lado.

La de cabellera y vestuario negro miraba a sus costados con su rostro inexpresivo, opinando mentalmente sobre este lugar, y sus residentes. La chica con cicatrices en su rostro mantenía la compostura, a pesar de la incomodidad que le estaba generando el resto.

¿A quien se le ocurrió crear este ambiente incómodo, y tenso? — pensó la rubia, al mismo tiempo que sonaba la campana.

Ambas se desviaron de su camino al escuchar quejidos dentro de uno de los casilleros.

Merlina lo abrió sin pensarlo, dejando caer a su hermano. Lylah se acercó a sacarle la manzana que había en su boca, pero su amiga fue más rápida.

— Quiero nombres. — ordenó.

— Es que no se quiénes eran... — aseguro el menor, apresuradamente — te lo juro, paso muy rápido...

— Pericles, los sentimientos debilitan. — estableció su hermana, mientras su amiga fruncía los labios, no estando totalmente de acuerdo — Es mejor que te controles. Ahora.

Continuaron desatando al más pequeño, hasta que la cabeza de Merlina se inclinó totalmente para atrás durante unos segundos.

— Estás bien? — preguntó Pericles, el único que no estaba al tanto de las visiones que ha tenido últimamente la de trenzas.

— Déjamelo a mi. — respondió, comenzando a irse, con su amiga a un lado, quién tenía una pequeña sonrisa, odiaba a los brabucones.

— Merlina... — volvió a hablar Pericles, logrando que se detenga — qué vas a hacer?

— Lo que se hacer mejor. — respondió, sonriendo casi imperceptiblemente al finalizar.

Ambas adolescentes desaparecieron de la vista del Addams menor, caminando con determinación.

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Mientras el equipo de natación entrenaba como era usual, dos chicas interrumpieron en el lugar, portando cada una una bolsa de plástico.

No pasó mucho tiempo para que los deportistas las notarán, y señalarán — Ey, mira, es la hermana de Pericles y su amiga.

— Ey, freaks! Es una práctica privada! — grito el que lideraba el equipo, para luego reírse con sus compañeros.

— La única persona que puede torturar a mi hermano soy yo. — dictaminó Merlina, con seriedad.

Ambas chicas levantaron las bolsas repletas de pirañas con lentitud, para soltarlas dentro de la piscina.

Quienes estaban dentro comenzaron a nadar enseguida, intentando escapar, mientras ambas amigas embozaban unas pequeñas sonrisas, las cuales se volvieron más grandes cuando los pequeños seres acuáticos alcanzaron a Dalton.

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El auto de los Addams era lo que los jóvenes de ahora llaman vintage, pero estaba tan reluciente y bien cuidado que parecía recién salido de la fábrica.