El suave sonido de campanas sigue a Baekhyun por todos lados, como omega fértil se supone que debió casarse hace un tiempo, pero reacio a ello, espera que su desafortunado novio pueda conseguir el dinero suficiente para poder irse juntos.
Cuando no...
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El nacimiento de Chanyeol Park de la casa Basset, hijo del conocido hombre de letras, el doctor Park, hijo del conde de Clyvedon, fue recibido en medio de una ronda de rumores y felicitaciones. Las campanas del pueblo repicaron durante horas, hubo champán para los más acercados al famoso doctor para todos, festejar la llegada del recién nacido y todo el pueblo dejó sus labores para unirse a la fiesta organizada por ese hombre.
-Este niño no es cualquier cosa, ya se lo digo.- dijo uno de los amigos de la familia al grupo de personas que lo rodeaban, alardeando al respecto.
Y no lo era porque Chanyeol en realidad llevaba apenas con su primer respiro en ese mundo, un montón de títulos detrás de su nombre, era el niño con más títulos de los que cualquier niño podría necesitar, era el heredero de uno de los hombres más respetados y ricos de todo el país, y su padre, el doctor Park, había estado esperando tener a su primer hijo con su esposa por años.
Hacía cinco años, había dado la bienvenida a su primogénita, a Park Mi Young y aunque esa llegada había llenado su corazón de alegría, en realidad, como todo hombre que viviera en esas tierras, anhelaba con todo su corazón a un hijo varón y Chanyeol había llegado al poco tiempo, entonces en esos momentos, no era una sorpresa para nadie que se estuviera paseando por el gran salón de su mansión, con su hijo en brazos, mientras su esposa aún reposaba en cama y no parecía querer disfrutar de la fiesta. A ese hombre, no le cabía en el pecho el orgullo que tenía en ese momento.
Pasado de sus cuarenta, todo el mundo decía que dudaban que pudiera tener más hijos, pero había visto a sus amigos y allegados, engendrar más herederos incluso a esa edad y no quiso ser la excepción, al final, se había asegurado de que la línea sucesoria de su familia, perduraría por las siguientes generaciones sin ningún problema.
A pesar de que su mujer había conseguido quedar embarazada dos veces más antes de Chanyeol, solo en una ocasión llegó a los nueve meses y en ese caso, el pequeño había nacido sin vida, después de eso, en realidad ya no estaban esperando mucho y el médico pensó que era mejor dejar de intentarlo, y vivir solo con su única hija, porque la vida de su esposa estaba corriendo peligro y la consideraban ya, demasiado mayor, aun así, el padre de Chanyeol decidió intentarlo una vez más y como un milagro, había nacido Yeol.
La madre de Chanyeol, como una omega en una sociedad que no les pedía ni voz ni voto, sabía bien cuál era su papel como esposa, el que le imponían, así que desde el primer momento, aun con todo el contra, decidió que quería quedar embarazada y que no importaba nada, iba a llevar su embarazo hasta el final, y cuando le notificó a su esposo que lo habían logrado, tuvo que estar postrada en cama toda la espera.
El padre de Chanyeol no estaba dispuesto a perder esa oportunidad esa vez.
Y, por fin, llegó la hora de la verdad.
Todos rezaban por el doctor, el hombre de letras del pueblo, el hombre dedicado a la ciencia del pueblo, que tanto deseaba un heredero, y pocos se acordaron de su esposa que, a medida que le había crecido la barriga, había ido perdiendo peso hasta quedarse en los huesos. Nadie quería ser demasiado optimista porque, al fin y al cabo, ella ya había dado a luz y enterrado a un niño.
