Ya era octubre y el calor al fin comenzaba a acabar. Había salido de mi trabajo de medio tiempo, trabajaba en un comercio de comida rápida, al salir fui a un pequeño restaurante. Ya que me había hartado de la comida de ahí. Ya conocía el sitio, era bastante bueno, me senté y pedí un plato de arroz con pollo. Me lo trajeron y empecé a comer, yo no tenía amigos, no quería tener nada que ver con nadie, tenía conocidos en varias de mis clases. Vivía solo rentaba un pequeño apartamento en la zona noreste de la ciudad, me quedaba muy lejos de la universidad, ya que estaba en el centro, pero gracias a que quedaba algo cerca del metro podía ir y venir sin ningún problema.
Mis padres pagaban la educación, me enviaban algo de dinero y trataba de sustentarme según yo lo hacía bastante bien, puesto que no me faltaba comida, ropa y podía costear una que otra salida al cine. Algo que me fascinaba hacer era leer, las lecturas de suspenso, terror, drama, algunos libros de romance. Mientras comía continúe leyendo Valle de la calma, no podía creer que aquel youtuber supiera escribir tan bien, ya estaba acabando cuando vi a cuatro chicas llegar al restaurante, no les di importancia y seguí con mi comida, ellas se sentaron, examinaron lo que pedirían, para posteriormente hacer su pedido, yo seguí con mi lectura.
—Tú eres Izuku Midoriya, ¿Cierto?
La volteé a ver algo extrañado, ya que no recordaba de dónde la conocía, era una chica de mediana estatura, posiblemente un poco más alta que sus amigas, era de piel morena clara. Su rostro estaba enmarcado por el cabello corto, esponjoso y rebelde, de color rosa claro, tenía unos lindos ojos cafés, vestía una blusa rosa que le llegaba hasta el ombligo, un sujetador negro y unos Jens que se veían bastante apretados, con una diadema de unos pequeños cuernos, me intrigaba que una chica como ella me haya hablado —. Depende de quién pregunte.
—Descuida, no me debes nada —se rio, tenía una linda risa y una bella sonrisa —. ¿Esperas a alguien o puedo sentarme?
—No espero a nadie.
Ella se sentó y yo acabé de comer, mientras me limpiaba y terminaba mi refresco, ella me veía, teniendo su brazo encima de la mesa y en él reposaba una parte de su cara —. Estudio contigo en Historia II.
La miré bien, creía que se equivocaba, pero al verla con cuidado me di cuenta de quién era —. Mina Ashido ¿Cierto?
—Sí, hasta que recuerdas.
—Es que antes tenía el cabello un poco más largo y de otro color.
—Si no me gustaba mi pelo y me lo corte y también lo pinte ¿Se ve bien?
—Si bastante siento que me podría comer su cabello.
—¿De verdad me veo bien?
Asentí y ella enderezó su cabeza y me veía a los ojos, ahora apoyando ambas manos en la mesa.
—¿Me estás mintiendo?
—No me gusta mentir.
Me vio con sus ojos, eran casi hipnóticos, y expresivos, si los veías con atención podías conocer sus emociones como se sentía si estaba molesta o feliz, justo ahora parecían curiosos como si quisiese ver a través de mi ver qué clase de persona soy.
—Que bien pensaba que este look no me quedaba nada bien —me dijo
—Pues se ve bastante bien —acabe con mi refresco —. ¿No tiene que volver con ellas? —pregunté.
—Para nada ya me llamarán cuando la comida llegue, pero si te estorbo puedo irme.
—No hace falta, ya he acabado —le hice una seña al encargado, me recogió el plato y pedí un café.
—¿Tienes la piel muy pálida, nunca sales de casa?
—Solo para trabajar e ir a la escuela, algunas veces voy al cine.
—Eres un chico bastante extraño.
—Según yo soy bastante normal —al momento de decirle eso mi café llegó, así que le di un trago.
—Ves tomas café negro.
—No me gustan las cosas dulces.
—¿Solo te quedas en casa a leer?
—Sí, es lo que me gusta, no soy una persona de fiestas, ni de antros, ni que se lleve bien con otros.
—«No me llevo bien con otros» —repitió —. ¿No tienes amigos de la infancia, de antiguas escuelas o en la universidad?—Nunca he tenido “amigos de la infancia” o de otras escuelas, tengo un par de conocidos, al igual que en la universidad, pero amigos no ninguno.
—Te gusta la soledad.
—Amo estar solo… O al menos me convencí de que así estaba mejor, estamos mejor solos, sufrimos solos, morimos solos, no importa si eres el padre del año mañana será igual para ti.
—«Amo estar solo… O al menos me convencí de que así estaba mejor» —volvió a repetir —. Te podrían demandar por derechos de autor ¿Acaso no conoces el copyright?
Ella sonrió y puso los brazos en la mesa y recargo su cabeza ahí, yo también sonreí, tenía una muy linda sonrisa, además de que había entendido de donde saqué la frase, me intrigaba saber más de aquella chica. La orden que habían pedido llegó y su amiga la llamó:
—Mina ya llegó la comida.
Ella hizo una seña con su mano —. Lamento pedirte esto, pero ¿Tomas apuntes de Historia?
—Si —ya veo así que eso querías claro, tonto de mi parte no notarlo.
—Me los prestarías, lo que pasa es que no he ido a las últimas clases y no conozco a nadie ahí.
—Claro — tomé la libreta y se lo di seguido de una seña para que me dieran la cuenta.
—Muchas gracias, te las regreso pasado mañana aquí mismo a las 12.
—No es necesario, basta con que me lo dé cuando me vea en clase.
No dije nada, llego mi cuenta, ella continuo hablando, pero no le preste atención, pague y me fui era típico, yo fui el idiota, pensar que sería diferente, siempre ha sido así, lo mejor será que deje de pensar en aquella chica.
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Hasta que te conocí
FanfictionIzuku estudia en la universidad, es un chico completamente asocial, sin amigos, pero en cierto lugar conoce a Mina, una chica de su clase de historia, la cual le cambiará su forma de ver la vida. En esta historia tampoco habrá quirks serán solo jóve...