El siguiente lunes Ashido no fue a clases en toda la semana, no la vi el sábado, iba de regreso a mi casa, había salido de trabajar, también había visitado a mi mamá, iba en el metro, yo llevaba una chaqueta negra bajo una camisa de manga corta porque hacía un viento helado. Iba leyendo Por trece razones, era bastante interesante. El cómo una suicida le manda un mensaje a los responsables, era maravilloso. Llegando a la estación, Félix U. Gómez, al subir la mirada por un segundo, vi a aquella chica. Vistiendo una falda de cuadros que le llegaba un poco arriba de las rodillas, unas calcetas que le llegaban a ellas, una camisa negra de manga corta con un corazón blanco en el pecho, no perdí el tiempo, cerré y guardé el libro y fui a donde estaba.
—Hola Ashido —me vio, pero no me respondió, solo pegó su cabeza a mi pecho, le pregunté si estaba bien y lo afirmo —. ¿Has dormido? —negó con la cabeza —. Ve a casa y duerme —volvió a negar —. ¿Quieres ir a mi casa a dormir?
Ella acentuó, me recargue en un tubo y la tome por la cintura, nunca me había puesto nervioso por llegar a mi casa para mi fortuna, el metro casi no se llenó durante el camino, no dijo nada, creo que si iba dormida cuando llegamos le puse mi chaqueta y le dije que habíamos llegado. Cuando nos bajamos del metro rodeo mi brazo con los de ella.
Al llegar a mi casa avente las llaves, ella veía todo con mucha atención —. ¿Tienes hambre?
—Sí.
—Voy a ir al oxxo, ¿quieres hot dog o pizza?
—Tráeme 2 hot dogs de los picosos.
—¿TKT rojo?
—2 por favor.
—Ahí está el baño, puedes tomar una ducha o si quieres ir a mear o a tirar la piedra, con toda confianza.
Me dedico una sonrisa, le quité mi chaqueta y me fui, tenía su olor, era maravilloso. Tarde un momento al llegar a casa, ella estaba recién bañada con mi camisa de mago de oz la cual cubría sus muslos.
—¿Qué tal te cayó el baño?
—Bien gracias.
Le di lo que había comprado, también había traído una bolsa chica de Doritos rojos, se sentó en el comedor y empezó a comer —. Gracias Midoriya colgué mi ropa en tu baño.
—Que bien, ¿y, cómo estás? —pregunté.
—Mal.
—¿Y eso?
—Mi familia, mi novio, las irregularidades de la regla, todo eso —respondió fastidiada.
—¿Qué pasa con tu novio?
—Le molesta que use falda y blusas cortas, que diga groserías, que me emborraché y que critique a sus amigos, Midoriya si hay algo que no te guste de mí dímelo, yo trataré de cambiarlo.
—Eres perfecta —respondí con franqueza.
—Por más que me halagues no dormiré contigo —ya había acabado su comida y abrió los Doritos.
—Ahí está la puerta.
Ella puso una mano en la mesa y recargo su cara en ella, me miró, con una gran sonrisa, era extraño, no podía descifrar su mirada —. Aunque me tires a la cama y me beses el cuello, me toques los pechos, te diré que no porque tengo un novio.
—Y yo diría, está bien y me iría a llorar al baño mientras tomo una ducha.
—¿Te masturbarás oliendo mi ropa interior? —la vi con asombro, ella se echó a reír —. Hay algo que aún me pregunto.
—¿Y qué es? —mencioné mientras también comía.
—¿Te arrepientes de haberme besado? —dijo viéndome a los ojos.
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Hasta que te conocí
أدب الهواةIzuku estudia en la universidad, es un chico completamente asocial, sin amigos, pero en cierto lugar conoce a Mina, una chica de su clase de historia, la cual le cambiará su forma de ver la vida. En esta historia tampoco habrá quirks serán solo jóve...