Capítulo 11

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"Toc toc", el sonido le hizo girar la cabeza. Los golpes se repitieron incluso antes de levantarse del sofá.

"Ah, de verdad...".

Sus pasos eran ligeros, a diferencia de su voz irritante. Yoo Geon frunció las cejas y levantó las esquinas de su pequeña boca, en un estado de ánimo y comportamiento que eran contradictorios, se dirigió a la puerta principal.

"Tienes prisa".

"¿Qué? No te he oído".

Iván entró por la puerta abierta. De pie en la entrada, se mantuvo en una postura natural. Yoo Geon, que recibió una bolsa de papel con cara de disgusto, comprobó el contenido.

"¿Qué es esto?".

"Sushi".

"¿De qué?".

"Salmón".

Su cara de desaprobación se relajó y asintió. Yoo Geon, que seguía a Iván, sacó la comida de la mesa y se sentó.

Iván solo se estaba ocupando de atenderlo. Sirvió el agua de la nevera en un vaso azul parecido al tono de sus ojos. Tras dejar el vaso frente a él, Iván dio un paso atrás y llenó el frigorífico con leche de plátano.

"Come primero".

El papel de los palillos de madera no se rompió ni siquiera con sus palabras. Iván llenó el refrigerador de la leche de plátano, cuyos envases salían constantemente de la bolsa plástica negra, y Yoo Geon solo lo miró moviéndose con familiaridad.

Hacía ya una semana que Iván se movía con naturalidad como si fuera su propia habitación, entraba y salía del cuarto de Yoo Geon. Iván llegó a cierta hora con las manos pesadas. Las ocho de la mañana y las ocho de la noche. En ese momento, la puerta de madera color chocolate hizo un ruido.

Hace una semana, poco después de que se enfrentara a un desconocido y se separaran, Iván lo llegó a visitar. El motivo era llevarse el equipaje que estaba sobre la mesa y en el sofá, sus cosas estaban por todas partes, así que Yoo Geon le permitió fácilmente el acceso.

Iván entró y se movió lentamente, era diferente de estar relajado. Mientras recogía lentamente los documentos como un perezoso, caminaba preguntando si podía beber agua. Era un acto que parecía detener el tiempo, e Iván frunció el ceño en cuanto abrió la nevera. Girando la cabeza, preguntó a Yoo Geon, quien estaba sentado en el sofá.

"¿No has comido nada?".

Yoo Geon, que llevaba mucho tiempo sin sentir hambre, respondió que no, y la expresión de Iván se arrugó más.

He oído que los coreanos necesitan arroz.

... Supongo que no soy coreano.

Iván, en lugar de abrir la boca, cogió el móvil. Cuarenta y cinco minutos después, Yoo Geon pudo ver la palabra 'Sanhaejinmi*' ante sus ojos.

N/T: *Es el nombre de un restaurante en Corea.

"¿Quieres salsa de soja?".

Yoo Geon, que dejó de lado sus pensamientos, asintió. Un brazo tan largo como su altura se dirigió a una lujosa botella. Era salsa de soja envejecida de 90 años de la Familia Real de Goguryeo*. La rara salsa de soja, de la que nunca se ha oído hablar ni se ha visto, estaba colocada en un pequeño cuenco de hermoso color.

N/T: *Era uno de los tres reinos más importantes de la Corea antigua ya que mantuvo relaciones con sus paises vecinos: China y Japón.

Iván dijo que compró la salsa de soja por 7 millones de wones el litro. Sin embargo, lo ganado con tanto esfuerzo fue eclipsado por la boca de Yoo Geon, era solo salsa de soja. Iván volvió con artículos y comidas sin sentido después de saber que Yoo Geon no empacaba comida solo.

HMG? BL (hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora