HMG? BL (hiatus)

Capítulo 9

Yoo Geon volvió al salón sin mirar atrás. El sonido de traqueteo del espacio que quedaba solo era especialmente fuerte. Yoo Gun, que observaba cómo se movían dos bultos colgados de una correa roja como el péndulo de un reloj, dejó de caminar hacia la sala. Los ojos que veían las bolsas de medicina se desplazaron hacia la mesa. Todavía había vapor humenate de las gachas.

"¿La has hecho tú mismo?"

En la estufa de gas que había sobre la mesa, había una olla roja, y junto a ella una botella de agua embotellada vacía y arroz desgarrado.

"Interesante".

'Pensé que era correcto hacerlo yo mismo'. Yoo Geon se lo imaginó allí, con sus altos y anchos hombros, haciendo gachas. La boca seria de Yoo Gun cambio, en su imaginación Iván llevaba un delantal.

"Es bastante... te queda bien".

Cuando volvió en sí, sacudió la cabeza como si estuviera lanzando las palabras para que salieran. El sonido de traqueteo y movimiento se acercó a la mesa. Mirando las gachas blancas, se sentó con un suspiro. La cuchara estaba llena de gachas y conflictos.

Después de pensarlo mucho, el sabor dulce y el sabroso aroma del arroz perduraron mientras las gachas se dirigían a la boca. Sólo comí gachas, pero mi estómago se puso rígido como si estuviera estresado. Yoo Geon, que dejó la cuchara junto al cuenco que no estaba ni siquiera medio vacío, apoyó la espalda profundamente en la silla.

Se sentía más hinchado que lleno. El sabor a pescado, que había empezado hace tiempo, llegó al esófago. Apartó los ojos de la mesa. Era un acto para borrar el sabor que quedaba en la boca.

"Realmente has hecho una vida...."

Había muchas cosas desconocidas sus ojos se movían recorriendo el lugar. En la estantería estaba lleno de aperitivos, como bocadillos y chocolate, y las bebidas que no habían entrado en la nevera estaban colocadas en cajas. Yoo Geon se levantó mirando un bonito bol.

También había muchas cosas en el salón. En una habitación completamente diferente a la de la primera vez, Yoo Geon abrió su dormitorio con una vela roja que nunca habría comprado.

Yoo Geon, que entró en la ropa de cama negra, parpadeó lentamente. El pelo de la almohada estaba oculto en el mismo color. Le gustaba dormir viendo el techo, pero en cuanto se acostó sintió una punzada tuvo que cambiar de posición.

"Hoy, va a doler mucho...."

Yoo-geon, que hablaba para sí mismo, sonrió con soledad. Sus ojos se cerraron cuando estuvieron listos para descansa. La fiebre había estado subiendo en silencio, se extendió por todo el cuerpo. El calor cubrió lentamente todo el cuerpo, como si se arrastrara sobre un ritual de sueño.

'Tu nombre es Yoo Geon. Hasta pronto'.

El dueño de la voz impresa fue el primero en llamar a Yoo Geon. Una voz coercitiva se escuchó detrás de su dulce voz.

"189"

El funcionario de educación que llamó al número recuerda que era muy grande y de piel negra y cobriza, pero extrañamente no le vino nada más a la mente. La idea de vagar sin rumbo pronto engulló todo lo relacionado con la voluntad.

A los veinte años, el nombre "189" me resultaba más familiar. De niño, un lugar llamado "dormitorio" era su mundo y todo lo que se necesitaba. No recordaba quien era y no lo sabía. Sólo que los primeros recuerdos comenzaron allí.

El edificio con el centro perforado hasta el techo constaba de 10 pisos. El espacio privado era una sala solitaria muy pequeña, y el resto eran varios campos de entrenamiento.