💛 Final 💛

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Eran las ocho de la mañana y Hinata se permitía viajar a sus recuerdos. Cuánto había cambiado su vida desde hace tres años.

Una prueba de ello era su anillo de compromiso. Lo observaba con cariño.

Aunque en aquél momento estaba llena de angustia e incluso lloraba; ahora recordaba con una sonrisa la primera vez que lo vió.

Podía reírse de ese momento. Es que todo era un caos para poder darle una respuesta positiva a su amado rubio.

Un sonido la hizo volver al presente. Escuchó como se abría la puerta detrás de ella.

Naruto estaba entrando a la habitación.

-¿Qué es tan divertido? - le cuestionó muy intrigado.

-Recordaba cuando te dije que no quería casarme contigo- bajó la cabeza y trató de cubrir su rostro con sus manos.

-A mi no me pareció nada divertido- negaba con la cabeza.

-Estuviste muy enojado conmigo pero luego ambos nos pedimos perdón- ella lo miró algo nerviosa.

Sabía que quizá fue un poco insensible con él en el pasado.

-No me viste llorar después de que te dejé sola- admitió el chico.

-Lo lamento. Es que solo a ti, Naruto kun, se te ocurre pedirme matrimonio en medio de mi parto y después cuando acabo de dar a luz a nuestro hijo. Estaba tan llena de miedos y experimentando cambios en mi cuerpo. Tenía demasiadas emociones diferentes.

-Fui muy impulsivo en ese momento. Pero es que ya estaba complemente seguro de querer compartir mi vida contigo.

Hinata lo miró conmovida y a la vez tan enamorada. Naruto ya no quería recordar esos amargos recuerdos. Pues le había costado muchísimo seguir al lado de la madre de su hijo cuando ella lo alejaba a cada momento.

A pesar de todo quería permanecer junto a ella y también ser un buen padre para su hijo. Pasaron por momentos difíciles al ser padres primerizos. Boruto se enfermaba constantemente y pasaron muchas noches sin dormir. Pero justamente eso los unió más al grado de que Hinata se dió cuenta de que Naruto nunca la iba a abandonar. Y que había elegido al mejor padre para sus hijos.

El rubio se acercó más a ella y compartieron un beso hasta que un llanto infantil los hizo separarse. Alguien estaba reclamando atención.

Se acercaron a la cuna y observaron a la pequeña que lloraba. Hinata la abrazó y le dió el biberón que Naruto había preparado con anterioridad.

Se sentó en la mecedora con ella mientras Naruto las observaba.

Boruto entró a la habitación y se acercó a la cuna dónde dormía su hermanita.

Naruto le dijo que ya no se preocupara por Himawari. Solo tenía hambre.

Ahora con su hija todo parecía más fácil, porque con Boruto se preocupaban de todo.

La pequeña se había quedado dormida en los brazos de su madre después de acabarse su biberón.

Boruto de dos años se acercó a su madre pues también quería que ella lo mimara. Pero no había problema porque Hinata tenía mucho amor para darle a sus hijos.

Naruto tomó ahora a Himawari para que Hinata pudiera arrullar a Boruto. Así siempre se turnaban para cuidar a ambos ya que sabían que era muy importante darle atención a su hijo ahora que había llegado la bebé y no se sintiera desplazado.

Hinata le cantaba a su hijo una tierna canción de cuna mientras acariciaba su rubio cabello.

Naruto observaba todo enternecido. Hinata era definitivamente la mujer de su vida y una excelente madre.

Solo amigos  | NaruHina | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora