Capítulo 5

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Harry echó un vistazo a la multitud y deseó estar de vuelta en Locos por los Libros, celebrando su lectura semanal de poesía. La cena a la que asistían esa noche era clave para el futuro profesional de Louis. Sabía que entre los invitados se encontraban muchas personas importantes y Louis debía causar una buena impresión si quería que tuvieran en cuenta su proyecto. Tras entregarle el abrigo a la encargada del guardarropa, dejó que Louis lo acompañara hasta el atestado salón de baile.

—Supongo que has trazado un plan de ataque, ¿verdad? —le preguntó—. ¿Quiénes son las dos personas en las que deberías concentrarte?

Louis caminaba hacia una espesa nube de humo de tabaco. Un reducido círculo de ejecutivos con aspecto conservador rodeaba a un hombre vestido de forma impecable, con un traje gris y una corbata de seda.

—Hyoshi Komo va a construir el restaurante japonés. Su voto es crucial para lograr un tercer socio en el plan de desarrollo del río.

—Bueno, y ¿por qué no te acercas para hablar con él?

Harry tomó una tartaleta de salmón de la bandeja que llevaba un camarero ataviado con un esmoquin, y después cogió una copa de champán de la bandeja de otro.

—Porque no quiero formar parte del grupo. Mi plan es diferente.

Harry bebió un trago de burbujeante champán y suspiró, encantado.

—No te emborraches —le advirtió él.

El resopló.

—No sabía que los maridos fueran tan controladores. Vale, ¿quién es el hombre al que debes impresionar en última instancia?

En ese momento la expresión de Louis se volvió calculadora.

—El conde Niall Horan. Es el dueño de una exitosa cadena de pastelerías en Italia y ha decidido expandir su negocio en Estados Unidos. Quiere abrir la primera tienda aquí, en el proyecto del río.

Al ver que Harry apenas le prestaba atención porque estaba concentrado en las tartaletas de cangrejo que tenía al lado, Louis resopló, cogió dos y se las puso en un plato.

—Come —le dijo.

—Vale.

Harry claudicó, sin protestar siquiera por la orden. Se metió la primera tartaleta en la boca y gimió, encantado.

Louis frunció el ceño y en ese momento el comprendió que por su culpa estaba muy gruñón. Otra vez. Le estaba mirando los labios como si él también quisiera comerse una tartaleta de cangrejo.

—Harry, ¿me estás escuchando?

—Sí. Niall Horan. Una pastelería. Supongo que quieres que circule entre los invitados para cantar tus alabanzas, ¿no?

Louis esbozó una sonrisa tensa.

—De momento voy a concentrarme en Hyoshi. ¿Qué te parece si mantienes los ojos abiertos y buscas al conde? Es alto, con acento italiano, y de pelo y ojos claros. A ver si consigues trabar conversación con él. Así no te aburrirás.

En la mente de Harry resonó una lejana campana a modo de alarma, pero apenas le prestó atención ya que estaba más interesado en los deliciosos aperitivos.

—¿Quieres que hable con él?

Louis se encogió de hombros, si bien fue un movimiento muy estudiado.

—Vale. Sé amable. Si descubres algo interesante, dímelo.

De repente, Harry sintió un escalofrío en la espalda al comprender exactamente lo que Louis esperaba de el.

Just a marriage [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora