Austin Beckett es un muchacho de diecisiete años que ganó medallas en los Juegos Olímpicos de Pekín por ser el mejor jugador de básquet. Es admirado en su entorno el chico más popular del Colegio Sage. Todo iba de maravilla, hasta que llega una niña...
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Te encontré buscándome - Capítulo 10 - Dos meses
-Eh...hola, Danna - dijo Austin, incómodo - Nosotros...
-Déjanos a solas, Austin. - le ordenó Alma.
-No, yo prefiero...
-Necesito hablar con Danna a solas - Resignado, Austin asintió con la cabeza, se retiró. Alma miró a su amiga, compungida, sintiéndose culpable. Parecía decepcionada, y sus ojos castaños la miraban con despecho.- Sweety...
-No me llames así - dijo Danna, dolida.- Me mentiste.
-Lo siento mucho...lamento no haberte contado. Prefería que nadie lo supiera hasta que no fuera un hecho. El Monkey recién ahora se dignó a dejar a la serpiente.
-Es una excusa, porque a Maddy sí le contaste tu historia sobre Austin. - Alma se quedó sin argumentos - ¿Ves? Ahora la prefieres a ella, es muy injusto, ¡somos amigas desde los tres años!
-Me daba vergüenza, Austin vivía humillándome. ¡Y yo no dejaba de pensar en él!
-¿Conmigo sentías vergüenza? - dijo Danna, cada vez más decepcionada.
-No quería que me vieras como alguien débil.
-¿Era necesario decirme que te gustaba Oscar? - Alma se agarró la cabeza, avergonzada.
-Danna, entiéndeme me habías dicho que Austin te gustaba. ¿Qué querías que hiciera? - planteó, angustiada.- No tenía sentido generar una situación incómoda.
-Te hubiera entendido si ibas con la verdad.
-Nuestra amistad nunca hubiera sido la misma. Entre Austin y yo no había ni una sola posibilidad.
-Es imposible que lo supieras.
-¡De veras creí que él jamás se fijaría en mí!
-Vamos, Alma, todos se fijan en ti - afirmó Danna, impaciente.- No es necesario que disimules, sabes bien lo que generas en los chicos.
-¿Me estás culpando de eso? - dijo ofendida.
-¡Quedé como una estúpida, frente a Austin y Judy! Hasta Matt se dio cuenta de que soy un cero a la izquierda para ti - reprochó Danna, furiosa.
-No eres un cero a la izquierda, eres mi mejor amiga, Sweety, ¡perdóname!- exclamó con ojos brillosos. - Al verla tan afectada, Danna suavizó su mirada. -No quiero que dejemos de ser amigas. ¿Me perdonas?
-Nunca más me ocultes algo tan importante. Siempre soñamos con compartir este momento, no me puedes dejar afuera, ni mucho menos sentir vergüenza conmigo. Nos criamos juntas, ¿o lo olvidas? -Alma la abrazó con fuerza.
-Por Armani y Dior no vuelvo a mentirte, nunca más.
-Ya está, hicimos las paces - la miró y le secó las lágrimas -Deja de llorar que te quedarán ojeras - Alma rió.- Creo que yo también te debo una disculpas.
