¿Quien es YoonGi? (Yoonmin)

Uno.

Hoy

Park JiMin.

Juegos internos conmigo mismo comenzaba a tener, solo miraba los ojos de quien decía ser mi prometido, en los cuales sólo habían arrepentimiento y lágrimas, las cuales dolían para mi mismo, pero ya no importaba, ya el daño estaba echo.

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Meses atrás.

Acomodaba perfectamente las cosas de mi pareja, al terminar solo esperaba impacientemente para que el despertara, no había podido dormir en absoluto, solo fingía hacerlo, ya que la noche anterior había visto una película de terror que me había atormentado, odiaba las películas de terror.

Decidí irme a la cocina y Agust no se dio cuenta que no dormí a la par de el, supuse que había llegado muy cansado.

Termine de hacer los waffles de Agust, cuando lo escuché salir de la habitación,  como cual mascota se trataba al esperarte atrás de la puerta moviendo su rabo feliz de verte me puse detrás de la puerta de la cocina esperando a que esté entrase.

-¿Amor?- pregunto abriendo la puerta, yo felizmente salte a sus brazos para poder besar los labios de mi adormilado prometido.

-Buenos días, prometido bonito- me colgué en sus trabajados brazos, este se dejó querer.

Me tomo de la cintura para pegarme hacia el y besar mi cien, yo solo me acurruqué mas en su pecho.

Mi prometido era un hombre de 1.75cm, con cuerpo delgado, no tenía muchos músculos pero tenía una postura masculina, su cabello era castaño, sus ojos cafés y una mirada alargada en forma de gato.

-¿Que huele tan delicioso?- me movió un poco para caminar al plato recién echo por mi.

-Te hice waffles y tu café- mencioné emocionado al ver su cara de felicidad.

El me lanzo un pequeño beso en el aire, el cual yo solo sonreí feliz, al ver su cara de fascinación me quede contento.

-Hoy iré al trabajo algo tarde ya que tengo que ir a una junta, no tengo nada mas que hacer en la empresa- comentó.

Yo salte con felicidad, ya que significaba que iba a pasar mas tiempo con el, eso me ponía con un mejor estado de ánimo. El trabajaba en una empresa hotelera, era dueño de varios hoteles, eso significaba mucho trabajo al ser uno de los ceos más importantes.

¿Cómo conocí a ese partidazo?, sencillo, el llego a mi.

-No te pongas tan feliz, bomboncito- pellizco la nariz del menor, este hizo un puchero- lo que veré hoy en la junta es si tengo que viajar hasta por un mes.

-¡¿Por un mes?!- solté sorprendido, empece a negar- no quiero, iré contigo.

-Bombón, no puedes venir conmigo- suspiro- sabes como te fue la última vez que fuiste conmigo y eso que solo fue una semana, la universidad te estaba matando, bajaste las calificaciones en una semana que faltaste, no quiero que todo los estudios se vayan al caño solo porque decidiste ir conmigo- intento explicarme pero yo estaba molesto.

Mis ojos se empezaron a mojar, no quería que Agust se fuera, era lo peor que podía hacerme.
Nunca habíamos estado tan separados, solos por un par de días pero hasta ahí; recuerdo cuando apenas nos estábamos conociendo, yo me escapaba de la casa de mi abuela para ir a dormir con el, ya que no podía estar sin el.