MI ADORADO VERDUGO

¿Qué hace ella aquí?

CAPITULO 6

Confundida, sí así me encontraba de echo me encuentro así desde hace seis años y hasta ahora no había hecho nada para arreglarlo, no me encuentro en el mejor momento para tratar de salir de las mil dudas que cargaba en el cerebro así que como siempre le reste atención.

En cuanto entre a casa no salude a ningún empleado no quería darle explicaciones a mi nana del por qué no llegue a dormir aunque en el rostro se me notaba el cansancio.

En cuanto me recosté en la cama me quede profundamente dormida, era evidente que estaba agotada tanto físico como mentalmente.

Luego de dormir seis horas seguidas para cumplir mi ciclo circadiano, baje a ver si comía algo, no me apetecía absolutamente nada así que solo comí una ensalada de frutas.

Regrese lo más rápido que pude a mi habitación a tomar una ducha y arreglarme a la velocidad de la luz.

Como hoy se reciben pasantes entonces si ya debía usar la ropa típica de un médico, me coloque una pijama quirúrgica negra ya que un no tenemos código de colores y la tradicional pero hermosa bata blanca la cual nos identifica.

Me agarre el cabello con un recogido para que no me estorbara y maquille sutilmente.

Tome mi bolso con todo lo que necesitaba y llame al chofer para que me llevara al hospital.

Esta vez conversamos mejor, me disculpe por la forma en que reaccione el día anterior y le conté la historia.

Ya había hecho un amigo más.

Me dejo en el estacionamiento, pase por la entrada, reporte mi asistencia en recepción para luego subir a la planta alta.

Cuando subí me topé con varios pasantes, y recordé mi etapa en España como pasante la verdad había recibido malos tratos y acoso por algunos médicos eso era muy normal en el ámbito pero tampoco correcto.

En algún momento no solo a mí si no al resto de los pasantes que nos encontrábamos nos trataron como la peor basura, pero eso nos forjo carácter ya que hasta cierto punto congelamos emociones.

Ahora no me siento en la capacidad de tratar de esa misma forma pero quisiera o no tenía que hacerlo.

Cuando entre a mi oficina vaya sorpresa la que llevo, Yael, Lorisa, Tanía y Dominick se encontraban ahí con un gesto de preocupación.

–Buenas tardes, ¿A qué se debe tan amena reunión a la cual no fui invitada pero si ha sido desarrollada en mi oficina? –Manifiesto con sarcasmo mientras camino hacía mi escritorio.

–Te ves muy linda con el uniforme –Alaga Yael un poco nervioso.

–Gracias, Lorisa por favor acompáñame y Tania anuncia a los pasantes que se vallan al auditorio no tienen por qué estar en los pasillos.

­Tomo la tableta y empiezo a caminar al auditorio, seguida por Lorisa la cual interrumpe.

–Nayla antes debes ver a algunos médicos que fueron llamados para hoy se encuentran en sala de juntas –Indica amablemente.

–Que bien que ya se te halla pasado el enojo, por cierto el quirúrgico corinto de luce.

Cambiamos el rumbo a la sala de juntas con quien me encuentro con varios médicos. Algunos serán mis maestros en especialidad.

Al abrir la sala de juntas me encuentro con eminencias en el campo de la medicina, pero entre todos ellos resalta una, la doctora Gaal Hamilton una de las mejores neurocirujanas del país a tan solo 26 años ya es una neurocirujana muy reconocida.