Rain. 𓏸⃘

1.5K 83 12
                                    

Pasamos la tarde juntos, no pisé mi casa en todo el día, y esto ya Robin lo sabía, ya que Fez la había llamado. Ella estaba muy feliz por mí, y yo estaba muy feliz porque volvía a sentirme completa, volvía a sentir que no me hacía falta algo, volví a creer en el amor verdadero, en que yo estaba lo conocía, y en que él me hizo conocerlo.

Estábamos jugando a los bloques Jenga, como dos niños. Cuando perdía, era como si quisiéramos acabar con nuestras vidas, era un sufrimiento mínimo, exagerado y divertido, y era con él. Nuevamente volvimos a compartir emociones, o quizás nunca dejamos de hacerlo...

—¿QUIERES IR AL PARQUE? —le pregunté de forma repentina—

—Amo cada impulso tuyo... —respondió casi en un susurro mientras me miraba embobado— ¡Digo, sí, sí, vamos — dijo intentando ocultar su cursilería.

le pegué en el brazo, me reí y besé su frente. Él me encantaba, él era alguien increíble. Ambos eramos como polos opuestos, él tan callado y yo tan ruidosa, y él me hablaba con su silencio. ¡Así como el poema de Pablo Neruda!

Me gusta cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos y mi voz no te alcanza...

Esa es solo una parte de ese increíble poema, pero la parte que en realidad me recuerda a él, es la de:

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

No era necesario que él me dijera a diario que me amaba para yo saberlo, su amor iba más allá de las palabras. Nunca entendí el poema hasta que me enamoré de alguien que no dice ni buenos días, alguien que es distante pero conmigo es la excepción. Esto es amor verdadero, cuando alguien hace algo que jamás haría por ti, cuando sale de su zona de confort. Y hay que valorarlo, porque no todos los días se ve.

Estabamos camino al parque, tomados de la mano y boludeando a cada segundo, nos reíamos de tonterías, nos reíamos de nosotros mismos, ME SENTÍA VIVA, ME SENTÍA TAN PLENA.

Cuando llegamos, vi a Gia y a Zoya... juntas.
Se suponía que Gia y yo ya no nos juntabamos con Zoya, ¿qué hacía allí?

Apenas me vio, se levantó algo asustada del sube y baja, corrió para abrazarme, y lo primero que hice fue empujarla.

—¡Oye, vengo a abrazarte mi amor! —me dijo—

se me acercó y me dio un beso en la mejilla, el cual permití pero me limpié tan rápido como pude.

—¡¿Oye qué carajos traes, y qué haces con este?!

—¡Eres una maldita traicionera! —Le dije para soltarle una bofetada.

—¡TODO LO QUE TE DIJO ES MENTIRA, LO JURO! —dijo con los ojos cristalizados.

—¡Tus asquerosos besos de Judas y tus puercas lágrimas de cocodrilo no me logran convencer! —Le dije con enojo—

—Linds, ya vamonos... —Dijo Ash interviniendo—

De un momento a otro, Gia me agarró del pelo.

—Él tiene razón, sí fui yo, yo hice todo esto para verte sufrir, por lo arrastrada y perra que eres, estás sola en este mundo, das lástima. —me dijo entre dientes—

Ash le gritaba que me soltara, que me soltara o la mataría.

—¡ERES UNA ASQUEROSA! —Le grité mientras me salía de su agarre.

𝓝𝓮𝓲𝓰𝓱𝓫𝓸𝓻𝓼:  𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰𝘴 𝘷𝘦𝘤𝘪𝘯𝘰𝘴. [𝗔𝘀𝗵𝘁𝗿𝗮𝘆 𝘆 𝘁𝘂]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora