Dos y dos.

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Y así fue como todo acabó:
Con un beso.
Con una palabra linda.

Habían transcurrido dos semanas, ¿y Ashtray?. Pues, ni su sombra, como si la puta tierra se lo hubiera tragado y él hubiera escogido dejarme aquí, triste, sola, abandonada...

Yo siempre había dicho que el amor joven no era para siempre, pero quería creer que sí, que este sí. Y no saben cuanto duele el saber que no, el sentirlo.

Todos saben que soy muy buena mintiendo, convenciendo. Y yo sé que es cierto, porque fue tan fácil convencerme a mí misma de que estaríamos juntos por siempre, quizá me mentí porque él era lo único interesante en mi vida, quizá sí quería todo con él, y no conocía nada.

Cuando eres joven, todo parece tan dramático, y los problemas parecen el final, pero no son nada. No conoces el mundo y crees que lo conoces todo, no sabes amar y crees ser amada.

Sí, dos semanas. Dos semanas en las que comía poco, de a milagro me bañaba, y no sabía como vivía. El abandono, fue eso, no él. Sentir que alguien llegó para quedarse y que se fuera, sin saber.

¿Pero saben?
sufren más en su mente que en la realidad, todo parece catastrófico, pero... ¿y si no lo es?

Mi teléfono vibró, no una vez, si no dos.

Rápidamente lo tomé. Desde que él no estaba, había entrado en histeria. Estaba muy apegada a mi teléfono esperando un solo mensaje, solo uno.

En efecto, los mensajes eran suyos. Y claro que quería jugar a ser la orgullosa, pero las ganas de tenerlo cerca, de saber de él... ganaron, siempre ganan.

Ashtray.

El collar con la llave que te regalé y nunca usabas. Debajo de mi cama hay una caja, es tuya.
¿Puedes recordar que te amo, o debo recordartelo?

Voy a volver por ti, solo dejame salir de esta, amor mío.
No respondas.

No tenía una idea de qué carajo ocurría, pero así era con Ashtray. Todo un laberinto, todo tan misterioso, y todo eso me afectaba. Ya estaba cansada de jugar ese estúpido juego, pero el amor era más grande.


Bajé las escaleras como si mi vida dependiera de eso, no me importó verme como una loca desesperada y en pijama tocando la puerta de Fez.
Entré de volada en cuanto abrió.

—¡Ash escribió! –dije sin parar de caminar hacia su cuarto–

—!¿QUÉ, QUÉ TE DIJO ESE IDIOTA?!

—Por eso vine, por la caja.

Yo nunca había usado el collar que me dio, yo había preferido guardarlo solo por asegurarme de no perderlo nunca, Pero desde que él no estaba, lo único que no había olvidado era quitarmelo. Lo llevaba conmigo día y noche.

Cuando saqué la caja, me senté en la cama.
La caja era pequeña, bastante pequeñita.

Mucha tinta, mucho papel.
¿Saludo o despedida?


Saqué una de las hojas, y leí.

Perdón, yo sí quería alejarme de ti.
Sí quería ignorarte, sí quería que no me importarás, sí quería que no me gustaras.
Lindsay, yo no quería amarte, porque no nací para eso.
Pero aquí estoy, enamorado de mi vecina, de mi dolor de cabeza y mi pensamiento diario.
Me vuelves loco, chica. Tan loco que he podido considerar dejar toda esta mierda, pero créeme, no es fácil. Y como no es fácil, estoy acá, resolviendo tantos asuntos y no sé cuando regrese, ni siquiera sé si regrese...
Lindsay, tú eres más que esto.
Para ti es fácil redireccionar tu vida, para mí no. Este es mi mundo, y no quiero que sea el tuyo.
Sé que harías mucho por amor a mí, pero ¿te alejarías por amor a ti?

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2023 ⏰

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𝓝𝓮𝓲𝓰𝓱𝓫𝓸𝓻𝓼:  𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰𝘴 𝘷𝘦𝘤𝘪𝘯𝘰𝘴. [𝗔𝘀𝗵𝘁𝗿𝗮𝘆 𝘆 𝘁𝘂]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora