𝓝𝓮𝓲𝓰𝓱𝓫𝓸𝓻𝓼: 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰𝘴 𝘷𝘦𝘤𝘪𝘯𝘰𝘴. [𝗔𝘀𝗵𝘁𝗿𝗮𝘆 𝘆 𝘁𝘂]

La tortura de la primera semana.

Me encontraba trasnochada viendo programas televisivos en los que hablaban de hipopótamos. Desde que me había mudado aquí, se puede decir que era lo más divertido. Después de sacar de onda a el hermano menor de el vecino de al lado, claro.

Robin, mi hermana, mantenía un trabajo de verano, de esos que ocupas para comparte cosas, pagarte fiestas privadas etc. Pero este no era su caso, ella trabajaba para ayudar a pagar una deuda de mamá.

Solo llevábamos aquí una semana y ya mamá se había endeudado. Y por alcohol.

Para nadie era un secreto que mamá había empezado a tomar como loca cuando recién llegamos. Robin y yo pensamos que dejaría ese habito, pero nos equivocamos.

Ella se iba ebria a el trabajo, bueno, siempre se “recomponía” de camino, según ella.

Ni siquera notaron que no pasaba todas las tardes en casa, porque mamá trabajaba, y bueno, a ella realmente no le interesaba que pasaba conmigo o con mi hermana. Otra de las razones por las cuales Robin trabajaba, era para cubrir con los gastos de nosotras si en caso tal mamá de gastaba todo su dinero en licor y no lo traía a casa.

Los fines de semana eran una tortura, en serio. Esos eran los días en los que más tomaba. Pero Robin siempre intentaba alejarme de ver esos espectáculos.

Recuerdo que pasé muchos días yendo a la casa de su amiga Rue. Quien tenía una hermana llamada Gia,y lo más loco es que Rue era una amiga muy cercana de Fez, el hermano mayor de Ash, mis vecinos. Robin dijo que nos llevaríamos bien, y acertó.

Ella era realmente entretenida, y me hacía olvidarme de los problemas.
No recuerdo la última vez en la que tuve una bonita amistad con alguien, ¿Será en tercero de primaria?, No lo sé, mí memoria nunca ha sido muy buena que digamos.

Hoy es sábado. Uno de esos días en los que mamá suele venir a casa muy pero muy borracha para luego tirarse en el sofá a vociferar mierdas y a hablar de lo mucho que le arruinamos la vida.

Siempre sentí mucha lástima por ella, y con el tiempo empecé a sentirme responsable, aunque yo no haya tenido nada que ver, y mucho menos Robin.

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—Hey Lindsay, ¿Ya estás lista?  —Dijo poniéndose una de sus argollas medianas en la oreja derecha—

—Sí, ya casi. —le respondí sonriendo y terminado de aplicarme un poco de gloss en los labios—

Ambas íbamos a una fiesta es casa de no sé quien mierda. Robin había dicho de llevarme para que no me quedara en casa escuchando a mamá hablar sus cosas que hacían sentir mal a cualquiera.

Iríamos con Rue, Fez y Ash,  eso era lo único que sabía.

Cuando ya estuvimos listas, me di un vistazo en el espejo.

Ese vestido celeste pastel con tela satinada me hacía lucir increíble.

Robin en cambio solo llevaba unos skinny jeans negros, un crop top gris y sus típicas converse. Ella a diferencia de mí era muy sencilla, y no la culpo, porque con lo que se ponga se ve bien.

Salimos de casa y nos dirigimos a la casa de Fez.  Llamamos y salió Ash, quien nos abrió y nos hizo pasar.

—¡Fez, Rue, ya llegaron Robin, —dijo mirando a mi hermana— y esta. —dijo fijando su mirada en mí—