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AUN LA LLUVIA CAÍA, SE ESCUCHABAN las gotas caer contra el techo de la casa de Max. Los truenos que debes en cuando se escuchaban, el viento que movía las hojas de los árboles, el ligero zumbido del viento y las voces de aquel grupo de chicas.
Afuera todavía estaba igual, lluvioso, pero las tres chicas estaban preocupadas y más Roma. No podía sacar de su cabeza la pulsera que encontró de su hermana en la habitación de Billy. Era raro, muy raro.
Roma estaba parada frente a la ventana de la habitación de Max, mirando la lluvia caer, mientras que Max y Ce se hundieron en una conversación por lo sucedido.
- No tiene sentido - dijo Ce mirando a Max.
La rubia caminó hacia la cama y se abrió espacio entre medio de las dos chicas, acostándose.
- ¿Qué no tiene sentido? - pregunto Max.
- Heather. La sangre. El hielo.
- A Heather le dio fiebre y tomo un baño helado, pero ahora está mejor - dijo Max tratando de convencer a Once, la cual no estaba muy convencida - Tiene que ser eso. No sé dé donde vino esa sangre, pero... La vimos. Las tres la vimos. Está completamente bien.
- ¿Qué hay de Billy? - pregunto Once.
- ¿Qué hay con él? - pregunto Ro mirándola.
- Lucía muy mal.
- Creo que siempre se ve mal - dijo Max, divertida, una sonrisa se asomó en sus labios - Pero es bueno saber que no es un asesino. Eso habría sido horrendo. - dijo soltando una risa que contagió a Once.
- ¿Quién es ella? - Dijo señalando el comic de la mujer maravilla.
¿En qué planeta vive que no sabe quién es?
- ¿Lo ves? Por esto no puedes estar todo el tiempo con Mike - dijo Max para tomar el comic y acomodarse en la cama - Ella es la mujer maravilla. También le dicen la princesa Diana. Es de la isla paraíso, que es una isla escondida donde solo hay mujeres amazonas guerreras.
La rubia mientras escuchaba la voz de Max sintió sus parpados caer, el sueño le estaba ganando. Y fue lo que paso, el sueño le gano cayendo dormida en aquella suave almohada.
