Ahora

9. Identidad

El Mariana fue a misa como todo las semanas, pero esta vez no había algo interesante. Las personas estaban reunidas porque Drako les dijo que fuesen que algo extraño ha sucedido.

- Drako, ¿que sucedió? - Pregunta Juan viendo al chico que cubre su nariz y boca con un velo semitransparente. Su rostro demuestra preocupación, se ve demasiado preocupado. El chico está viendo un portal que se hizo cerca de la iglesia. - No mames ¿que es eso?

- Es un portal a casa del profeta. - Dijo Drako. - Algo raro entró ahí, pero no tengo permitido entrar. No sé que hay allá abajo, no puedo ayudarlos chicos. Quizás eso tiene conexión con donde está el profeta.

- Venga todos a la casa del profeta. - Dijo Auron a lo que todos comenzaron a entrar a aquel portal para ir a casa del profeta.

Los gritos de todos se hacen presentes al entran animados a aquella dimensión. Al cruzar todos se reunieron. Era bastante oscuro como si no tuviese sol y con mucha niebla. Reunidos se dividieron para explorar las casas de esta nueva dimensión. El Mariana fue junto con Mayichi porque es su mejor amiga. Los dos exploraron las casas encontrándose con tesoros como lingotes de oro, diamantes, dulces y algunas malteadas. Los dos recolectaban esos tesoros a medida que iban avanzando.

- Mira Mariana, una calabaza. - Dijo Mayichi viendo aquella calabaza con fuego en la boca. Aquella criatura da una fuerte risa asustando a ambos, despues pone sus raíces en el suelo. - Esta viva.

La híbrido gato no puede creer eso, está inmóvil por aquel ser que la acaba de asustar. - Mayichi cuidado. - Dijo Mariana empujándola. Una de las raíces se movió por el suelo atacando a la joven. Mariana entonces saca la espada de netherita que fue le dejó Spreen y de un solo ataque acaba con aquella criatura.

- Gracias Mariana, me tomó por sorpresa.

- No fue nada. Ahora sabemos que esas cosas atacan mien. - Dijo Mariana viendo los restos de aquella calabaza.

- Chicos, encontramos a alguien. Se llama Monaguillo, dice que si queremos encontrar algo sobre el tal profeta debemos ir a la fabrica. - Dijo Zorman.

De camino a la fabrica, con el silencio porque todos estaban precavidos al ataque de algún otro ser empezaron a escuchar la voz de aquel hombre grande. El profeta, o en este caso su voz, empezó a contar su historia de amor. Aquella historia que tuvo la conclusión de un hijo. En ese momento todos empezaron a pelear. Todos estaban interesados en saber quien es el hijo del profeta, quien seria un traidor entre ellos. Aun cuando no sabían quien podía serlo, todos desconfiaron de ellos entre si, hasta que uno lo admitiese.

- ¡Ya callaos! - Dijo Auron molesto. El hombre era lo mas parecido a un líder que tienen. - Ahora lo mas importante es salir de este lugar y encontrar al profeta. Luego podemos liarnos a golpes sabiendo quien es el hijo del profeta.

Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a explorar aquel lugar. Aquella oscura fabrica estaba llena de animatronicos, de robots que al mínimo movimiento se reactivaban para atacarlos. Todos estaban peleando contra ellos, intentando llegar al final de la fabrica donde encontrarían la respuesta que buscan. Algunos de los animatronicos eran bastante horribles y violentos que golpeaban a lo que vieran, junto a eso tenían horrendas visiones, estas llegaban como visiones que los asustaban.

- No jodas. - Dijo Mariana cuando llegó a aquel oscuro lugar. Él le cubrió los ojos a Axozer para que no viese esa escena.

- Son los chamanes. - Dijo Auron todavía pasmado. - Ese hijo de puta los mató.

- Los descuartizo. - Dijo Juan.

- Es un maldito hijo de puta. - Dijo Zorman.

Los cuerpos de los chamanes en pedazos delante suyo. Los tres torsos colgados amarrados con cadenas flotando del suelo. Sus brazos y piernas regados por el lugar y ningún rastro de las cabezas. El profeta los había matado. Antes de poder entender por completo esa escena un fuerte grito se hizo presente y desde la altura de ese lugar todos cayeron a un piso mas bajo. Delante suyo un un espantapájaros gigantesco buscando su destrucción. Todos empezaron a pelear contra aquel ser pero no podían ganar. Ese ser era demasiado fuerte para ellos.